La Huesuda muy contenta de la agencia de autos salía,
con vehículo nuevo a pasear por la ciudad se iría,
jamás se imaginó que, por el polarizado, problemas le traería,
pues al verla una patrulla, el alto le indicaría.
El agente que se acercó no sabe lo que le depararía,
y al tocar el vehículo una extraña sensación sentiría,
pero sin importarle el auto inspeccionaría,
y si recibía una mordida, por fin desayunaría.
La Huesuda bajo la ventana y al agente asustaría,
él no podía decir palabra, creyendo que se lo llevaría,
la Huesuda se le quedaba viendo y se carcajearía,
pasaba el tiempo y el agente la multa no le entregaría.
Siguió su camino y en una colonia ella se metería,
circulando por una calle llena de baches, lo que le molestaría,
cayó en uno que no alcanzó a ver y la bolsa de aire se activaría,
no pudo hacer el coraje de su vida y mejor al inframundo regresaría.