“Sin agua”, advierte ambientalista

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  • Deben actuar ya las autoridades, se la han pasado advirtiendo y el riesgo nos alcanzó: Frías Morales.
  • Refiere Terrones Romero que desde hace un mes, 25 comunidades de la Sierra del municipio no tienen el líquido vital.
  • El nivel promedio de llenado en las presas oscila entre un 40.8%, según la Conagua.

David Enríquez / La Voz de Durango

De seguir la crisis hídrica como hasta ahora, en Durango dentro de cinco años no tendremos agua para beber, mientras las autoridades “duermen el sueño de los justos”, continúan desperdiciándose miles de litros por segundo, los mantos freáticos están sobreexplotados y muy contaminados: advierte el ambientalista, José de Jesús Frías Morales. En tanto que el nivel de las presas es muy bajo y desde hace un mes, 25 comunidades serranas carecen del vital líquido; urge que se les abastezca con pipas, reconoce por su parte, la regidora capitalina, Verónica Terrones Romero, al evidenciar que mientras falte infraestructura no habrá un aprovechamiento apropiado del recurso que abunda en época de lluvias y se escurre a otros estados.

Aunque cada año se habla que hay escasez de agua, lo cierto es que va agravándose el panorama, mientras no apliquen los tres niveles de gobierno una solución de tajo que frene la serie de factores que contribuyen a una crisis cada vez más apremiante.

A pesar que el sistema descentralizado de Aguas del Municipio de Durango (AMD) afirma que no existe desabasto en la ciudad, contrariamente la regidora Verónica Terrones da a conocer en entrevista que 25 comunidades de la zona serrana dentro del municipio capitalino, tienen un mes sin agua potable y advirtió que deben llevarse pipas para abastecer a miles de duranguenses que padecen por la sequía; meter a los bomberos para que surtan en pipas a aquella zona del medio rural nos habla de la magnitud de esta tragedia, puntualizó.

“Es un problema que no se había dimensionado, sobre todo porque la falta de infraestructura apropiada le impide a Durango aprovechar todo el caudal de lluvias que lamentablemente se va a otros estados; un ejemplo claro es que en temporada buena, la presa Peña del Águila se llena a su capacidad y en seis ocasiones sufre vaciados que no se aprovechan aquí”, indicó.

“La falta de agua no se va resolver rezándole a San Isidro Labrador, sino que es necesario crear infraestructura hídrica dejada en el olvido por años y hoy se están pagando las consecuencias de no haberse preparado para lo que ya veía venirse”. No es posible que en la sierra sus pobladores estén sufriendo falta del vital líquido cuando ellos, por ser la primera reserva forestal del país poseen la fábrica más grande de dicho recurso, reprochó Terrones Romero.

Con corte al 2 de mayo pasado, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) establece en su monitoreo que de las 10 presas existentes en la entidad sólo tres llegan a un 70 por ciento y el llenado general es del 40.8 por ciento, mientras que algunas como la Peña del Águila permanece con llenado de 11.9 por ciento y la Santa Elena en Súchil llega al 13.8 por ciento, siendo las más bajas de nivel.

Desde la perspectiva ambientalista, también el panorama es desalentador, según precisó para La Voz de Durango José de Jesús Frías Morales, consejero Ciudadano del Instituto Municipal de Planeación (Implan), quien fue claro en señalar que los mantos freáticos en el Valle del Guadiana están sobreexplotados, pero además contaminados, por lo que se estima que el 50 por ciento de los pozos sobrepasen niveles de flúor y arsénico, lo que significa un problema de salud muy grave.

Desde hace por lo menos 50 años, no se han construido nuevas obras de infraestructura, faltan presas como la Tunal II y una planta potabilizadora que ha sido prometida, sin embargo, va muy lento el posible arranque por parte del Gobierno federal. Lamentablemente, hoy se pagan las consecuencias de una situación que fue advertida desde hace dos años,  mas las instancias de gobierno no tomaron sus precauciones a tiempo.

Las autoridades ya no pueden seguir solamente anunciando que hay crisis, que estamos en alerta; es momento de actuar en la ciudad de Durango donde ya no hay forma de perforar más pozos y en caso de que pudiera hacer, las aguas existentes están muy profundas y son “fósiles” altamente contaminadas cuyo consumo ocasionaría un crítico problema de salud.

También, el ambientalista señala que si la autoridad sigue “durmiendo el sueño de los justos”, se augura que en cinco años más ya no habrá agua para beber, es un tiempo muy corto y aún pueden aplicarse medidas urgentes. Crear más infraestructura, construir bordos de abrevadero, combatir el robo, regularizar las tomas clandestinas y renovar tuberías muy antiguas; ¡eso se debe hacer ya!

Para finalizar, Frías Morales comentó que el tandeo ya no va a alcanzar, se deben regular las tomas clandestinas y castigar el llamado huachicoleo que lleva al desperdicio de miles de litros de agua; por ello hay que sancionar a quienes más la desperdician o se la roban, insistió. Pero también la infraestructura existente en el primer cuadro de la ciudad es muy antigua, debe renovarse para que disminuyan las fugas y ésta sea mejor aprovechada.