Mi Vida: ¿Falta de deseo?

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MTF. Alfredo Arévalo

En ocasiones se presentan parejas al consultorio que luego del paso de los años, ya sean novios o esposos, vean como su relación sexual va siendo menos activa, pero no por ello que se agote; el sexo es algo que se da a diferentes edades y tenerlo es completamente normal, ya sea en menor o mayor medida. Sin embargo, es cierto que hay parejas que ven cómo su vida sexual se apaga de repente, y es inevitable preguntarse ¿por qué?

Cuando se inicia terapia se escucha la frase “mi pareja no me desea”, que es el pensamiento de muchos hombres y mujeres cuando se dan cuenta de que el deseo sexual de su amante disminuye hasta un punto preocupante.

¿qué hacer?

Si bien es preocupante porque dentro de los pilares de la relación esta la intimidad, en la cual se encuentran las relaciones sexuales junto con otros comportamientos de pareja, lo que preocupa en la pareja es que este comportamiento se relaciona directamente con el deseo.

No es que el sexo sea lo que lo determine, pero se da el significado de lo bien o lo mal que va la pareja, como podemos observar en muchas ocasiones, las relaciones íntimas adquieren un plano secundario, y como estas relaciones sexuales suponen un momento de intimidad y conexión que permite a los amantes sentirse plenos al notar como la otra persona forma parte de ellos y ellos forman parte de la otra persona.

Es totalmente normal que la vida sexual vaya siendo menos activa a medida que van pasando los años, las emociones y sentimientos que se sienten al principio de la relación van asentándose, matizándose y calmándose, sin que ello implique que desaparezca el amor o las ganas de tener relaciones; lo que ocurre es que la intensidad baja, pero no por ello la calidad de la relación. Sin embargo, son muchos hombres y mujeres que pasado un tiempo juntos y al ver como que la magia se ha apagado, temen que se haya agotado la relación y en su mente venga el pensamiento de “mi pareja no me desea”.

La falta de deseo sexual en esas parejas donde se considera una necesidad puede convertirse en un problema grave; no obstante, aun cuando se haya perdido ese deseo ambos amantes pueden seguir teniendo bienestar, complicidad, comunicación, diversión, desarrollo y crecimiento común. El sexo no lo es todo, solo forma parte de uno de los tres pilares, pero su ausencia puede provocar problemas por este significado que está ligado al deseo, supone tensión y conflicto entre los cónyuges o novios.

 

La ausencia de deseo no es algo que precipite necesariamente a la ruptura, pero desde luego, en caso de no ser debidamente solucionada, puede ser una de las tantas cosas que desborden el vaso de la relación insatisfecha.

Falta de deseo

Hecha la reflexión sobre por qué el sexo no es necesariamente algo básico en todas las parejas, es necesario buscar cuál es la fuente del problema, pues aun cuando no lo es al sexo se le atribuye una necesidad básica, el hecho de que en una relación se pase de tener X cantidad de relaciones sexuales a prácticamente ninguna no nos debe preocupar necesariamente, pero sí es necesario averiguar la causa, misma que en cada pareja es diferente y luego de comprender el por qué, se puede realizar un cambio recuperando la vida sexual de manera considerable.

Como decíamos, es normal que con el paso de los años el sexo vaya adquiriendo menos protagonismo y que aquellas relaciones fogosas que teníamos en la juventud ya sean algo cada vez menos cotidiano. Sin embargo, de suceder de repente debe haber una explicación más allá de la edad o de la ganancia de confianza entre ambos, sobre todo si esta segunda causa no se ve como algo posible.

Existen muchas razones por las que el deseo disminuya, aquí explicare algunas de las cuales se han presentado en consulta, pero es necesaria la aclaración de que si en tu pareja esta pasando consideren asistir a terapia antes de asumir que tienen alguna de las causas que explico a continuación.

Infidelidad

Esta es una de las posibles causas detrás de que la pareja pierda el deseo, naturalmente, en este punto ya no importan tanto recuperar la vida sexual, pues ya la relación atraviesa por diversos factores que van a complicar la relación, y en muchas ocasiones hace que se termine. El hecho de que se justifique o no este comportamiento no se fundamenta, pues rompe completamente con uno de los pilares de la pareja que es la confianza.

La forma de superar este problema es acudir a terapia de pareja, ya sea con la finalidad de seguir juntos, separarse, o sanarte a ti mismo, esto ayudara a que decidamos tomar ese paso puesto que es gracias a este tipo de terapia que muchas personas lastimadas consiguen volver a confiar en otro; la comunicación es la clave para superar este problema.

Disfunciones sexuales

Muchos hombres y mujeres sufren disfunciones sexuales y, a pesar de que se está desestigmatizando estos problemas, son muchos y muchas quienes tienen miedo de contárselo incluso a su propia pareja. La eyaculación precoz o el vaginismo pueden provocar la sensación de que nuestra pareja no nos desee. No es que no quiera tener relaciones sexuales, sino que siente tanta incomodidad y miedo a no poder “satisfacer” que no se atreve a tenerlas.

Estos problemas difícilmente se van a solucionar solos y, por ello, es necesario acudir a un médico. Las causas por las que pueden aparecer son variadas, estando las causas orgánicas que serán evaluadas y tratadas por un médico en caso de que las haya; y las psicológicas, atendidas por psicólogos sexólogos. En este sentido la terapia ayuda a mejorar la comunicación para evitar que se caiga en suposiciones en temas importantes para ambos.

Estrés, ansiedad y trastornos asociados

El estrés y la ansiedad son dos aspectos que se han convertido en la pesada compañía de muchas personas, las preocupaciones, el miedo, la incertidumbre, la inseguridad y muchas otras emociones nos alteran, nos tensan y provocan alteraciones tanto en lo mental como en lo químico. Se nos dispara el cortisol mientras que la hormona serotonina está a mínimos, provocando todo esto una serie de cambios físicos y psicológicos que no tardan en afectar al deseo sexual.

Puede que el motivo por el que nuestra pareja ya no nos desee sea porque se siente tan agobiada, acumulando tanta tensión y viendo cómo las situaciones la desbordan que acaba sufriendo un bloqueo general que termina afectando a su forma de relacionarnos con nosotros en el terreno sexual. El estrés favorece la apatía y la inhibición del deseo sexual, junto con otros problemas en otras áreas de su vida y, por ello, es recomendable acudir a psicoterapia.

Relación monótona / aburrimiento

El aburrimiento es también una de las causas detrás de que nuestra pareja parezca haber perdido interés por nosotros, es un poco triste reconocerlo, pero es mucho mejor que las otras tres causas que hemos visto puesto que no es algo de lo que debamos preocuparnos especialmente. Es lógico que, pasados muchos años con la misma persona, el sexo se convierta en algo muy rutinario, con pocas sorpresas y hasta mecánico.

Si queremos que el sexo funcione en nuestra relación, hay que darle un poco de vida; al aburrimiento se le combate con originalidad, creatividad e ideas nuevas, con cosas que no hace falta romperse la cabeza para volver a sentir que la llama del amor y la atracción está tan caliente como al principio. Abrámonos un poco de mente: tened citas románticas, probad nuevas posturas, añadid juguetes, haced sexo tántrico… son muchas las formas de recuperar la pasión.

Posibles soluciones para superar el problema

Como hemos visto, existen varios factores que explican el hecho de que nuestra pareja ya no nos desee sexualmente, o que al menos sea esa la sensación que nos da. Cada situación hace que el problema adquiera una gravedad y abordaje diferente, siendo el más grave el de la infidelidad. Sea cual sea el problema que consideramos que tiene nuestra relación.

Hablar abiertamente. – Lo más importante de todo es hablar abiertamente con nuestra pareja sobre cualquier problema que nos angustie o preocupe. Debemos ser claros a la hora de decir que nos da la sensación de que no nos desea, transmitiendo qué sentimos y lo importante que es para nosotros llevar una vida sexual más activa. Ser honestos, respetuosos y comprensivos y, ante todo, calma.

Identificar el problema y la solución. – Como hemos podido ver, son varios los problemas que pueden estar detrás de la falta de deseo sexual. Para achacar el problema, es necesario saber qué es lo que lo provoca y actuar en consecuencia, algo para lo cual quizás sea necesario contar con apoyo profesional.

Terapia individual. – Es saludable acudir a terapia individual, a la par de la terapia de pareja, es necesario conocer que pasa dentro de ti, que estas aportando a esta relación, cuales inseguridades tenemos; porque puede ser que en realidad no haya un problema grave, sin embargo el significado que nosotros le damos a la relación de pareja nos hace evitar ver los demás ángulos.

También es necesario gestionar las emociones asociadas a la sensación de que no seamos deseados por aquella persona con la que compartimos tanto. Esto puede llegar a ser muy doloroso tanto para hombres como mujeres y, aunque puede que se trate meramente de un mal entendido o que los deseos sexuales de ambos amantes no se sincronicen, el hecho de que nos niegue nuestra propia pareja tener sexo puede provocar mucha frustración y enfado, incluso empujarnos hacia los brazos de otra persona. Y eso no lo queremos bajo ningún concepto.

“Sin sentimientos, la sexualidad se extiende como un desierto donde uno muere de tristeza”.  Milan Kundera.

Si quieres iniciar un proceso terapéutico personal, de pareja o familiar, puedes contactarme al 618-152-79-65; estaré encantado de atenderte.