¿Por qué nos deprimimos en Navidad?

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MTF. Alfredo Arévalo

Para empezar debo aclarar que en los textos que he consultado para este articulo no existe como tal la “depresión Navideña”, supongo que no se clasifica como enfermedad mental, sin embargo, se puede observar con frecuencia “algo” caracterizado por un estado de ánimo melancólico que surge en las fiestas navideñas.

Ya hemos hablado de los “mandatos”, y esta es una época del año en la que se ha institucionalizado la obligación social de realizar esfuerzos de convivencia y manifestaciones de amor y paz que muchas veces se oponen a nuestros sentimientos y al tipo de relación que mantenemos durante el resto del año con quienes esperan que el espíritu navideño ablande el corazón de Grinch que algunos poseemos.

El cumplir con este mandato podría ser una causa de la tristeza que se presenta en esta época, porque como es algo que prácticamente estas obligado a hacer, es frustrante, y como no se puede presentar el enojo, se presenta la tristeza que es socialmente más aceptable en esta época. Si a esto añadimos los inevitables recuerdos que surgen al evocar a seres muy queridos, que bien fallecieron o bien se encuentran lejos (física o emocionalmente), y con quienes es imposible compartir estas fechas se presenta una nostalgia.

Y al asociarse esta nostalgia con el choque de los mandatos que no queremos cumplir, se crea la “Depresión Navideña”, algo que de no ser tratado con la importancia que requiere podría llegar a una depresión verdadera por las similitudes que tienen, y que en personas predispuestas (que han sufrido depresiones previas) puede dar lugar a una sintomatología que cumpla los criterios diagnósticos para ser considerada y tratada como depresión.

Otro aspecto tiene que ver con nuestra infancia, todos hemos recibido regalos, hasta que llega un punto en que nos damos cuenta de la realidad (no creo que lean mis artículos niños pero no quiero evidenciar esta parte, así que los adultos saben de que realidad hablo), al darse cuenta de esa falta de magia en el ambiente, es inevitable el sentirse triste y engañado, ademas de que la vida adulta viene con responsabilidades y ahora tienes que comprar los regalos, las comidas hay que prepararlas, y en fin todo el trabajo que no se observaba antes se hace muy evidente, trae consigo cansancio, enojo, preocupación y por supuesto tristeza. Esta diferencia entre lo que creíamos que era (que nos gustaría que fuera todavía), y lo que es realmente, es lo que nos hace sentir mal.

Creemos que el cuadro de familia unida y feliz (o al menos sin problemas), la gran y apetitosa cena, los regalos y las muestras de afecto choca con nuestro ideal, con nuestra realidad y el resultado es depresión. Desgraciadamente casi todos nosotros aceptamos esa imagen, y entramos en el mandato social, pero en lo personal no creo que sea malo que alguien se sienta molesto en navidad, por lo que le motive sentirse así, mientras este consciente de eso y no quiera disimilar ese enojo con tristeza, a mi parecer es lo más saludable.

Creo que es bueno hacer todo lo posible para que los niños vivan esta fantasía y disfruten al máximo, pero las personas adultas ya podemos comportarnos diferente, y poder disfrutar sin la obligación de hacerlo, por el gusto de estar en familia con o sin conflictos, y en algún momento el aceptar que no tenemos que estar felices en navidad hará madurar nuestros sentimientos y lo disfrutaremos de una manera diferente. A nuestra manera.

Pues el desplazar emociones hacia la tristeza habla de una falta de madurez en algunos sentimientos, y preferimos eso a buscar la felicidad, pero la vida es una prueba y error, y si lo que se está haciendo en ese momento no te tiene plenamente satisfecho, busca otra manera de hacerlo.

Y si no te gusta navidad no hay problema; si no has sido bueno este año, vendrán otros; te preocupan los gastos, esta bien, tú trabajaste por ese dinero; te sientes triste por haber perdido alguien, no tiene nada de malo; NO tiene nada de malo sentirse mal aveces, en la época que sea.

Querido Santa, te escribo para que sepas que he sido malo y estoy orgulloso de eso. Tú, bastardo y sentimental regordete.” ¡Cómo el Grinch robó la Navidad! (Theodor Seuss Geisel)

Sobreviviremos al próximo año?… no lo sé….pero aún hay que cuestionarlo todo, dado que esa es la función del saber… Y a los lectores de estas ideas que comparto cada lunes, primeramente les agradezco, pues me han acompañado en este proyecto, espero que este sea el primer año de muchos que pasemos juntos, y nuevamente los invito a escribir cualquier duda, comentario, aclaración a mi correo alfredo.adj@gmail.com