>La socialité dice conocerlos y pide se reconsidere su sentencia.
Agencias
Kim Kardashian, en su faceta como defensora contra la pena de muerte, visitó a los hermanos en prisión recientemente, y escribió un ensayo este jueves para la NBC, donde solicita enérgicamente su liberación.
«Todos somos producto de nuestras experiencias. Estas dan forma a quiénes éramos, quiénes somos y quiénes seremos. Fisiológica y psicológicamente, el tiempo nos cambia, y dudo que alguien pueda afirmar que es la misma persona que era a los 18 años. ¡Yo sé que no lo soy!», escribe Kardashian en su texto.
«Creen que conocen la historia de Lyle y Erik Menéndez. Yo ciertamente creía que la conocía: en 1989, los hermanos, de 21 y 18 años, respectivamente, dispararon y mataron brutalmente a sus padres en su casa de Beverly Hills. En 1996, después de dos juicios, fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Como suele suceder, esta historia es mucho más compleja de lo que parece a primera vista».
En el ensayo, la socialité expone las afirmaciones de que ambos hermanos dijeron que sus padres habían abusado sexual, física y emocionalmente de ellos durante años.
«Según Lyle, el abuso comenzó cuando él tenía solo 6 años, y Erik dijo que su padre lo violó durante más de una década. Después de años de abuso y un verdadero temor por sus vidas, Erik y Lyle eligieron lo que pensaron en ese momento que era su única salida: una forma inimaginable de escapar de esa pesadilla.
«He pasado tiempo con Lyle y Erik, y no son monstruos. Son hombres amables, inteligentes y honestos. En prisión, ambos tienen antecedentes disciplinarios ejemplares».
Kardashian asegura que, cuando los visitó en prisión hace tres semanas, descubrió que ambos han obtenido múltiples títulos universitarios, trabajado como cuidadores de ancianos encarcelados y han sido mentores en programas universitarios.
«Ahora que su caso ha vuelto a estar en el candelero, y teniendo en cuenta la revelación de una carta de 1988 de Erik a su primo en la que describe el abuso, mi esperanza es que se reconsideren las sentencias de cadena perpetua de Erik y Lyle Menéndez. Se lo debemos a esos niños que perdieron su infancia, que nunca tuvieron la oportunidad de ser escuchados, ayudados o salvados».