Opinión: La justicia humana

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Por: M.D.J. Christian Mario Garcia Castro

Ningún otro concepto como lo es propiamente el de Justicia, despierta tanto interés en la sociedad. La inquietud por atribuirle significado, ha hecho estallar la mente de quien ha intentado darle respuesta. Es tan importante de idealizar, pero sin duda es tan complicada de definir. Podríamos considerarla como el resultado de un movimiento filosófico-político o una virtud del ser humano, pero ¿Qué será la Justicia? A lo largo de la Historia, grandes pensadores como Platón, Aristóteles y Ulpiano, dieron su propio dictamen subjetivo de Justicia. Se aseveró en su momento como: “la perpetua y constante voluntad de dar a cada quien lo suyo” o “fecunda generadora de las otras virtudes”. Para Platón la Justicia ideal consistía básicamente en la coordinación de diversos grupos sociales (los sabios, los guerreros y artesanos) donde aseguró que “la Justicia es la felicidad”.

Estas definiciones, aunque bastante profundas, pueden distar mucho de la realidad social actual. Pareciese que no existe respuesta clara y satisfactoria de lo que es la Justicia. Conocedor del enorme reto, tenemos la noble labor de analizar y encarecidamente proponer lo que podemos llegar a entender como Justicia. Esperando con ello no crear en el lector más dudas que respuestas. Cabe mencionar que hace algunas décadas, el notable jurista Hans Kelsen en su libro ¿Qué es la justicia?, trataría de encontrar la respuesta adecuada sin lograr su cometido. El deducir o conceptualizar qué es lo “justo”, es en mismos términos tratar de encontrar respuesta de aquello que podríamos denominar como “injusto”. A que podríamos definir como justo y que puede considerarse injusto, será acaso ¿la vida? ¿Las leyes? Y muy especialmente, ¿quién lo determina?

A través del tiempo y de las diversas culturas, muchos de los actos que en la actualidad se pueden considerar como aberrantes (sacrificio humano, el ojo por ojo), inclusive la llamada “justicia divina” eran en su momento considerados totalmente válidos y por ende justos. Al ser dichos actos socialmente aceptados por gran parte de la población, surge la inevitable interrogante ¿eso los volvía justos?, ya que fueron en su época moralmente bien vistos. La conceptualización de Justicia, como sabemos no es nada sencillo. Podrían mencionarse diversos tipos de Justicia, por ejemplo: aquella denominada celestial, aquella que corrige a los que contravienen la ley, y la que se nos confiere conforme a nuestras capacidades dentro de la sociedad.

Es claro que el término de Justicia, es un concepto meramente de los seres humanos, solo existe en el mundo social y legal, y no en el reino animal. Lo que acontece a diario en el reino animal, no es por lo regular justo. La presa sufre las consecuencias de la estrategia del cazador, para poder comerlo. El más grande, el más fuerte y el más rápido, imponen su voluntad a los demás animales. La Justicia es por lo tanto una necesidad socialmente reconocida, para evitar abusos hacia la población.

Al inicio del presente artículo, nos propusimos brindar un concepto propio de Justicia. Dicha definición al ser pues una creación meramente individual, puede pecar de imperfecta e irracional. Recordando que nada es absoluto y no se podría dar una definición completamente acertada, además ¿Quién podría hacerlo? Por lo tanto, a nuestro criterio podríamos considerarla como: una consecuencia natural y necesaria del Derecho cuya finalidad es la aplicación objetiva de la ley a todos por igual.

El tener un panorama de lo que es la Justicia, nos lleva consecuentemente a interrogarnos, quien hoy en día podría jactarse de vivir plenamente la felicidad que brinda. La gran mayoría de la población considera que su situación económica, social y hasta sentimental, es completamente Injusta. Podría creerse que solo se piensa en la Justicia, cuando atravesamos en carne propia o por medio de un ser querido, un acto de Injusticia. Al ser un concepto individual-subjetivo y no colectivo-objetivo, la percepción que se tenga de que se hizo Justicia en un caso en concreto, es completamente personal.

Cuando la aplicación de la ley no es adecuada, nos sentimos impotentes y defraudados, dejando de creer en la autoridad. Cuando esa Justicia tan deseada nunca llega, esa que es representada como una figura con ojos vendados, con una balanza en una mano y en la otra una espada, que aplica la ley sin importar de quien se trate, podemos perder la fe en todo lo demás. Esa Justicia que tanto añoramos, que es nuestro faro social, forzosamente vendrá del esfuerzo colectivo de toda la población. Concluyo mi aportación citando al Dr. Martin Luther King: “La injusticia en cualquier lugar es una amenaza para la justicia en todas partes…”