¿Vivir o sobrevivir?

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MTF. Alfredo Arévalo

En varias ocasiones pacientes han comentado estar angustiados por la rutina, y no solo personas adultas, en ocasiones adolescentes o jóvenes, explican su rutina como un subir, bajar, entrar, salir, y no ir a ningún lado, el quehacer diario les provoca perder el interés por lo que están haciendo y en ocasiones al cuestionarlos sobre un plan de vida no tienen la capacidad de imaginar en que posición estarán en dos o cinco años.

Al momento de verlo de esta manera, las personas tratan de buscar un sentido, quieren escapar de la realidad, esta sensación que el día a día que te arrastra, y que no crees que pueda cambiar, es una realidad que te demanda ocuparte de lo que ocurre: el trabajo, la pareja, la familia, y también los niños -si los tienes, todo esto en ocasiones de manera automática.

Dentro de la terapia hay algo que llamamos sentido de realidad, el cual no es igual para todos, como lo he mencionado anteriormente cada uno tiene características que nos obligan a ver la vida de distinta manera, por lo que no hay términos o verdades absolutas, todo se vuelve una perspectiva personal.

Explicado esto, el sentido de realidad nos ayuda a ubicarnos en lo que vivimos aquí y ahora, dejar de fantasear en lo que podría ser o lo que hubiera sido, o en cómo deberían de ser las cosas. Estas tres cuestiones son la lucha constante de todos, lo que viene del futuro, lo que ha pasado, y dentro de nuestros sistemas de creencias el buscar un control dentro de lo que nosotros consideramos necesario o bueno.

Cuando nos agobia la rutina, se viene una sensación de angustia y de frustración, justamente por estos tres aspectos, comenzamos a cuestionarnos cómo hubiera sido si no estuviéramos en ese trabajo, si no tomáramos ciertas decisiones; pero también imaginamos cómo podría ser el futuro si seguimos en ese camino, y en ocasiones este futuro es muy trágico o maravilloso, dependiendo de las expectativas que depositamos; en otro sentido y junto con estos pensamientos, está el cómo “deberían” pasar las cosas, como deberían de comportarse los demás para que todo esto que estoy imaginando se vuelva una realidad.

La mayoría de las ocasiones lo que provoca esta angustia y frustración no son los pensamientos que se vienen en cascada a partir de la insatisfacción que estamos viviendo a causa de la rutina, sino esta necesidad de que las cosas tengan un control, al menos desde nuestra perspectiva, esta lucha por no aceptar la realidad es lo que provoca el conflicto.

En este sentido esta lucha diaria que tenemos sobre lo que debería de ser y lo que es, nos provoca el deseo de salir, pero no es algo que esté mal o bien simplemente es este rechazo a la realidad que estamos viviendo. Al estar dentro de esta dinámica en ocasiones provoca en el paciente una sensación de soledad, esta idea surge desde esta perspectiva individual, puesto que cada uno tiene diferentes metas, anhelos y objetivos, cuando trabajamos buscamos que cada uno de estos anhelos se convierten en una realidad; sin embargo no todos somos iguales, y cuando se comparte el miedo por no cumplirlos con la pareja, amigos, o la familia, y estos no los entienden se crea este vacío en automático y esta sensación de que todos están en lejos, y que nadie los entiende.

La realidad como todos deberíamos de verla es esto que cada uno está viviendo, no se trata de este término universal como lo mencionaba anteriormente, sino de una perspectiva personal, entonces la realidad se convierte en tu vida, algo único que solo tú estás viviendo y desde este sentido se podría crear una sensación de soledad, pero no es así simplemente la aceptación de que esto que te está pasando es sólo tuyo y no tiene por qué ser comprendido o aceptado por alguien más.

En otro aspecto también esta realidad no es algo que tienes que “cumplir” o algo que tienes que hacer, la rutina en ocasiones hace que perdamos la visión de lo que estamos buscando de estas metas a futuro o de esta estos proyectos personales, no obstante debemos de focalizar nuevamente en lo que nos hace felices, lo que queremos para nosotros, lo que nos hace bien, y tratar de buscar dentro de la rutina lo que nos rescata y nos reconecta a lo que queremos conseguir, desde nuestra perspectiva única y personal sin tener que compartir visión con nadie.

Tu realidad es un momento a momento en el que puedes ser, en el que puedes estar, tal cual lo sientes: con tus subidas de ánimo, con tus bajadas también, con el sentimiento de no querer seguir o con el sentir que puedes con todo. Tú eres todo eso. No se trata de tenerlo todo, sino de entender y sentir qué es lo que realmente queremos. No se trata de tener o no tener, sino de qué quiero en realidad porque encaja con quien soy.

“Qué tiempos tan frustrantes fueron aquellos años: tener el deseo y la necesidad de vivir pero no la habilidad”.  Charles Bukowski.