Por Omar García Rosales
Durante mucho tiempo el genero beat’ em up, en donde los jugadores tenían que avanzar por escenarios y pelear con diferentes enemigos, durante mucho tiempo se vio desplazado en los videojuegos. Pero la llegada de Dragon’s Crown no solo heredo la formula de los títulos clásicos, sino que actualizó el género con una estética muy particular.
Desarrollado por Atlus y Vanillaware, Dragon’s Crown trajo de vuelta el género beat’ em up combinado con un toque de RPG que se convirtió en un éxito moderado entre los jugadores debido a su desenfrenado modo de juego. El título nos permite seleccionar a una de las seis clases disponibles de personajes; Amazona, Elfa, Enano, Guerrero, Hechicera y Mago, cada uno diferenciada por su propio estilo de combate y habilidades especiales. Como es ya clásico en los juegos RPG contaremos con personajes mejor preparados en la lucha cuerpo a cuerpo, otros en el uso de armas a corta y larga distancia y el uso de magia y hechizos. Con lo que podremos cubrir las debilidades de los compañeros y potenciar sus ataques.
A medida que avanzamos en el juego, el uso de las diferentes técnicas y habilidades de los personajes, nos permitirá ir consiguiendo mejores equipos, potenciar habilidades e incluso liberar otras habilidades propias de cada personaje. La exploración de cada uno de los escenarios es garantía de jugar una y otra vez el título, ya que conforme vayamos adentrándonos en cada una de las mazmorras el nivel de dificultad irá subiendo, obligándonos a tomar diferentes caminos para cumplir encargos opcionales. La historia no da lugar a grandes sorpresas ni revelaciones: somos un personaje que acaba de llegar al reino y nuestro objetivo es salvar al mundo de las amenazas que le rodean.
Al tratarse de un juego bea’t em up, su mayor punto fuerte es su modo cooperativo. En el que acompañados de otros jugadores nos aventuraremos en las diferentes mazmorras con el firme objetivo de derrotar a los diferentes jefes que se resguardan en estas. También se ofrece el modo solitario acompañado de la inteligencia artificial, pero sin lugar a dudas su mayor atractivo es jugarlo con otros jugadores. Uno de los puntos más atractivos del juego es su arte cortesía de George Kamitani, ya que sus trazos son pinturas en movimiento con una gran multitud de personajes en pantalla y paisajes de fantasías que recrean bosques, templos, puertos, cuevas y castillos. Una propuesta muy potente que combina una excelente dirección artística con un universo rico de detalles y referencias a un montón de mitos, películas e historias.
Dragon’s Crown es un título de lo más competitivo y exigente, y con una duración superior a la media. Un juego que promete brindar decenas de horas de acción frenética al por mayor que atrapara a más de uno con su muy singular y peculiar modo de juego.