Graciela Rosales/La Voz de Durango
Apenas el lunes, con aire de superioridad, morenistas dijeron que los señalamientos de corrupción a dos de los suyos, eran porque calaba entre la clase política el avance y el fortalecimiento en el proceso de unidad que vive Morena.
No habían pasado ni 24 horas de ese pronunciamiento de “unidad”, cuando en La Laguna, un grupo de militantes de ese partido hicieron un plantón para protestar en contra de Rafael Palacios Cordero.
La protesta se realizó previo a una rueda de prensa que se había programado para refrendar la “unidad” de este partido.
Las pancartas, acusan a Rafael Palacios, de actos corrupción y exigen su salida del partido Morena, “Fuera Palacios de Morena”, “Vendiste lo de Chemurs”.
La verdad es que en el partido del presidente AMLO, hay gente bien intencionada, pero en Durango, es más el ruido que las nueces; han sido muchos los agravios entre ellos, sus pleitos han llegado hasta las instancias legales; en su momento se cayeron decisiones importantes incluso de candidaturas y dirigencias.
Si realmente piensan en competir en el próximo proceso electoral, tendrán que conciliar rápidamente entre ellos y no se trata únicamente de olvidar el pasado, sino de sobrevivir a la elección de dirigencia nacional, al establecimiento de liderazgos locales y sobre todo a la selección de candidatos.
Por el momento, hablar de unidad al interior de Morena, no es más que una buena intención, un propósito que difícilmente se cristalizará y mientras ellos siguen de la greña, los otros partidos avanzan con trabajo serio rumbo al proceso electoral 2020-2021.