MTF. Alfredo Arévalo
Todos tenemos voces en nuestra cabeza de familiares o amigos, y de igual manera seguimos un parámetro de conducta en la sociedad, cada uno son «mandatos» que tenemos presentes en nuestro inconsciente y que nos mantienen unidos a nuestra familia, aún cuando algunos sean heredados de generaciones anteriores y no conozcamos el origen, recurrimos a ellos en ocasiones aún cuando nos hace daño seguirlos.
Frases como «no puedes equivocarte», «controla tus emociones», «desconfía de todos», «tienes que ser el mejor», «debes estar delgada para ser bonita», «cuida a tu hermano, él es hombre», «trabaja duro para conseguir lo que quieres», «cásate para que tengas familia», «el matrimonio es para siempre», «cuando te enamoras todo es color rosa», y muchas otras más dependiendo de tú sistema familiar rondan por la cabeza de las personas causando conflictos emocionales al tratar de seguir esos mandatos.
Estos son los hilos que manejan la vida de muchas personas y no cumplir con ellos provoca un sentimiento de fracaso.
PARA QUE SIRVEN…
Así como nuestra información genética, cada uno de los mandatos por lo que se rigen las familias vienen de nuestros antepasados, y se han repetido en función de su efectividad, pero debemos considerar que los tiempos cambian y lo que fue bueno para tus abuelos y padres puede que no se aplique a ti.
Vemos familias de doctores, abogados, mecánicos, panaderos, carpinteros, donde cada uno de ellos «siguió el camino de su padre», y si alguno de ellos no quiere hacerlo es rechazado por no seguir ese camino. En ciertas etapas de nuestra vida esos mandatos le dan forma y sentido a nuestros caminos, pero llega un punto en que es necesario el buscar escuchar tu propia voz.
Estas reglas que se forman en las familias aparecen sin ningún sustento, la experiencia personal de alguien lo creo y alguien que lo escucho lo siguió, y así sucesivamente hasta llegar a ti, y tú se los darás a tus hijos, pero de verdad ¿quieres heredarlos?, cuando sientes que no puedes avanzar en tu vida o una sensación de que «algo está mal», están actuando las obligaciones que estás tratando de rechazar y no puedes.
EN SOCIEDAD
Mucho se ha dicho que la familia es la base de la sociedad, y como tal muchos de los mandatos se repiten y cumplen la misma función crear esa serie de reglas que las personas seguirán y que de no hacerlo podrían sentirse rechazados o fuera de…
La religión, política, estatus social, forma de expresar emociones, son limitaciones que seguimos desde muy temprana edad y se repiten en nuestra vida adulta. Si partimos de la idea de que los mandatos familiares se convierten en sufrimiento, podemos observar que los mandatos sociales son aun peores, pues el no cumplirlos nos hace blancos de un abandono y aislamiento.
Estas dentro aun estando fuera…
Este «estado ideal» se forma de manera irracional, y cuando los individuos se dan cuenta de que los mandatos son una limitante para alcanzar la felicidad se rebelan ante esa idea absurda y buscan vivir a su manera, sin embargo no falta la persona que diga «es la oveja negra», o «se comporta igual que… y mira como terminó».
Entonces ¿qué hacer?, tener presente que cada mandato ha sido marcado muy dentro de nosotros, por lo que tenemos que estar convencidos que no es lo que queremos, si este sufrimiento se ha convertido en rencor para dar paso a la culpa, es necesario buscar ayuda profesional. Toma conciencia de esos casi invisibles hilos, cambia el «debo» por el «quiero». Selecciona los mandatos que te han hecho bien, no todos tienen que ser malos. Cuestiona lo que te parezca trivial en tu familia y aprende a decir «No estoy de acuerdo con eso».
¿Cuántos mandatos familiares puedes descubrir en tu vida?, ¿Estás dispuesto a iniciar el cambio?
Sobreviviremos al próximo lunes si nos unimos a la paranoia colectiva, ahí estaremos a salvo… pero hay que cuestionarlo todo para poder saber la verdad….