¿Cuándo el tiempo no sana heridas?

0
622

 

MTF. Alfredo Arévalo

En textos anteriores hemos hablado de cómo los mandatos familiares y sociales pesan en la personas y de cierta forma los limitan para conseguir esa felicidad que buscan por tanto tiempo, o que cuando se lucha por mucho tiempo para conseguir algo cuando se obtiene carece de significado; cuando sucede de esta manera nos cuestionamos el ¿por qué?

Si observan en ambos ejemplos incluí el “tiempo”, lo cual es algo que como seres humanos nos ha marcado desde nuestro nacimiento y de igual manera es la pauta para decidir hacer ciertas cosas, en ocasiones nos decimos “no es tiempo” o “ya llegara el tiempo”. De igual manera lo vemos en procesos de sanación de heridas físicas y emocionales, pero y si el tiempo no tiene que ver en todo esto, ¿de quién es la responsabilidad?

El tiempo marca nuestra estancia en esta vida, que inicia con nuestro nacimiento y termina en nuestra muerte, y durante ese intermedio vemos como pasa por nuestros cuerpos, y nos envía recordatorios de que está ahí; pero ¿por qué le hacemos responsable de que tiene que sanar los momentos tristes de nuestra vida?

Hay muchos frases que las personas dicen cuando se tiene un duelo, si fue por amor “esto no dolerá por siempre, ya encontraras a alguien”, si es por muerte “lamento tu perdida, ya pasara”, por enfermedad “cuídate mucho y con el tiempo sanaras”. Pero si la persona que perdió el amor no quiere encontrar a alguien, quien perdió a un ser amado no deja que pase el duelo, o si el enfermo nunca sana, el tiempo sigue su curso no se detiene a sanar a quien no quiere ser sanado.

Lo ideal

En muchas ocasiones no aceptamos la responsabilidad en nuestros actos y vamos cargando cosas “innecesarias”, creemos que lo ideal es que las respuestas vengan de fuera porque nos da miedo conocer nuestro interior, y esto es debido a esos mandatos que no hemos cumplido y que nos hacen creer que seremos rechazados.

Esas cosas innecesarias son “culpas”, “duelos”, “…hubiera”, “rencor”, y muchas más que irán recordando en los siguientes días. Etiquetamos con palabras como “errores”, “fracasos”, “engaños” todas esas “malas” decisiones que hemos tomado en la vida y que se vienen acumulando hasta que el tiempo es incapaz de sanar las heridas que has aceptado hacerte.

Mis decisiones no dependen de los demás

Así mismo nos damos cuenta que pasamos el tiempo buscando reparar el “error” que cometimos, o tratando de conseguir ese perdón que al final de la paz a tu alma; pero la búsqueda siempre es afuera, observamos que padres divorciados buscan enmendar el abandono con regalos a sus hijos; parejas convenciendo al otro que no se equivocaron; empleados que buscan agradar a sus jefes…todo hacia fuera.

Esto mismo pasa con el tiempo, dejamos en él la responsabilidad de que nos “sane”, puede pasar, o no, pero al final él sigue su curso y no le importan nuestros problemas.

Libérate de culpas

Esto es más fácil de escribirlo que de hacerlo, pues si analizamos a fondo nuestra familia, nuestra religión, nuestra sociedad… nos encanta vivir con culpas, lo tenemos muy arraigado en nuestro ser y hay muchos referentes que nos recuerdan esas decisiones que para muchos son equivocadas. Una forma es hacerse “responsable” de esas decisiones, pero quita las etiquetas que te pueden ocasionar culpa, fue una decisión que tomaste en ese momento y fue la mejor decisión que pudiste tomar.

El tiempo solo sana las heridas que tú decidas curar, y aceptando esa responsabilidad sin culpa, estarás dando un paso a otro nivel de conciencia, y si llegas a estar en alguna situación donde te digan que “el tiempo sana las heridas” podrás decir “necesitare tiempo para sanar, en efecto,  pero yo me sanare”.

 

Sobreviviremos al próximo lunes si nos unimos a la paranoia colectiva, ahí estaremos a salvo… pero hay que cuestionarlo todo para poder saber la verdad….