Por José Antonio Juárez Muñoz / Director del Museo de Numismática de Durango y Miembro Fundador de ANUD

El tema de las monedas de la época virreinal es de suma importancia ya que se tienen muchos errores en los catálogos que no especifican en que se basaron desde hace muchos años en clasificarlas por su número de acuñación que no tiene los datos de un archivo o cualquier documento que se señalen que son o muy comunes, escasas y raras. El tema es algo complicado, pero con los pocos datos que hemos encontrado conocemos que el verdadero valor aun no ha sido revelado con exactitud y mientras las registran de manera equivocada y es nuestro deber dar a conocer alguna investigación para que los coleccionistas tengan mayor conocimiento de lo que tienen dentro de sus carpetas con estas bellas piezas.
La época es el siglo XVIII donde se acuñaron las primeras monedas con el busto de Carlos III desde el año de 1772, y como referencia tenemos que el día 27 de mayo de este mismo año dio inicio a las acuñaciones de las monedas de busto y anteriormente en enero se hizo el comunicado de la prohibición de continuar las acuñaciones de la moneda del tipo columnario, pero el tema de los errores ya lo publicamos con anterioridad, ahora vamos a tratar el tema de la transición de las monedas de Carlos III a las de su hijo Carlos IV, el rey padre muere en el año de 1788 en el día 14 de diciembre. Ese año el día 24 de diciembre una real orden se comunica la muerte de Carlos III y dispone el cambio del busto en la moneda, AGN reales cedulas t. 141, exp 194 f. 1-2. y se giraron instrucciones para que se hicieran las nuevas monedas con el busto del hijo Carlos IV pero no fue así ya que se siguieron acuñando monedas con el busto del padre ya fallecido y por la premura no se elaboraron los cuños con el nuevo perfil y que además un barco que traería estos a las colonias españolas se tardaría entre 40 y 90 días en llegar y esto podría variar considerablemente según las condiciones del mar, la ruta y la época del año, la duración podía extenderse a mas de dos meses si había contratiempos como tormentas o los huracanes que en ocasiones podían hundir los barcos en alta mar, pues los cambios en las monedas no se dieron hasta el año de 1791 o sea 2 años mas de lo que se creía pero no dejaron producir las monedas porque era necesario para seguir con el comercio internacional desde sus colonias y en las que en México se producían hemos visto que existen lo que llamamos variedades, pero el responsable de elaborar los diseños de estas matrices fue el gravador Pedro González de Sepúlveda, quien era alumno y yerno de Francisco Prieto quien diseño los del pasado rey Carlos III, en 1790 se siguió acuñando con el busto anterior, pero tenían algo muy peculiar pues unas piezas llevaban numeración etrusca (IIII) y otras numeración del tipo romana (IV), la numeración etrusca fueron usadas por los antiguos etruscos, el sistema fue adoptado de los números áticos usados por los antiguos Griegos y sirvió de precedente para los números romanos.
No se tiene el dato preciso de cuantas piezas se acuñaron de cada tipo, y tenemos otras conclusiones de porque no se dio el cambio de matrices con los bustos del nuevo monarca, el diseño con el busto del nuevo rey lo realizaban los grabadores especializados quienes creaban las matrices o cuños a partir de un modelo que era aprobado por el mismo monarca, el proceso de diseños se trabajaba a partir de varios modelos que podían ser un boceto de una escultura previa, para luego tallar la matriz que se usaría para los punzones de la acuñación de monedas. Lo que tenemos de información de los archivos del AGN es lo siguiente:
Informe que dice que el 15 de octubre de 1790 está la relación de los gastos que se han hecho en la construcción de las matrices, punzones y muestras remitidas a las reales casas de moneda de Indias (América) para todas clases de monedas de oro y plata del presente reinado del Sr. Don Carlos IV ejecutadas en virtud de reales órdenes.
Año de 1791, del mes de enero al de agosto y septiembre se cambio el busto de Carlos III por el de su heredero hijo Carlos IV, pero algunas piezas se siguieron acuñando con el año pasado de 1790, no existen datos de las cantidades exactas que acuñaron con el busto pasado ese año y en un expediente del año de 1790 se registro la cantidad de 18,063,688 pesos 5 reales. En otro expediente de número 209 del 13 de enero de 1791 el Conde de Revillagigedo le dice a Pedro de Lerena que no se han recibido matrices con el busto de Carlos IV y que aun se acuñan con el de Carlos III, la del peso fuerte se halla muy estropeada (matrices de la moneda de plata) AGI México 2820.
No fue si no hasta los meses de agosto o septiembre del 91 que se comenzó a circular las monedas del sistema real español con el verdadero busto de Carlos IV y aun así tuvieron validez las piezas anteriores con el busto de su padre fallecido, es por esto que no comprendemos el porque de las clasificaciones de los catálogos para estas piezas tan raras por no ser encontrados los números de acuñaciones y con este numeral tan extraordinario como lo es el “Etrusco”, son piezas con un alto valor histórico que no lo tienen muchas piezas que han sido revalorizadas ya sea por la oferta y la demanda en el comercio numismático pero debemos ser mas observadores de piezas que son únicas por lo que contienen en su valor histórico.
El catalogo Krause registra las piezas de 1789 con busto de Carlos III con números etruscos con el registro de KM.-107 y las piezas con numeración romana con el KM.-108 las cuales son de una importancia para el coleccionismo de nuestras monedas que a mi manera de ver solo se les dieron valores ínfimos que están mal estudiados y hace falta que tengamos que ponernos a trabajar para que los editores de este gran catalogo reclasifiquen piezas que como lo hemos repetido se les den sus valores adecuados por lo que representan y que como no se tiene un registro de su número de acuñación pero si de su rareza por los datos de ser piezas que utilizaron dos tipos de numeraciones que las hacen ser únicas para su estudio y conservación, esperemos poder contactar a uno de los editores y que observen que lo que se pide es darles un nuevo valor y dejen de verlas como piezas del montón y así la numismática mexicana retome su verdadero rumbo por ser piezas extraordinarias.

