- Cuesta dinero, pero lo usan.
- Hoy más que en otras fechas de la pandemia el uso de la mascarilla se ha convertido en algo de vida o muerte.
Alejandro Valencia / La Voz de Durango.
Hoy más que en otras fechas de la pandemia el uso de cubrebocas se ha convertido en algo de vida o muerte y esto se debe a los múltiples estudios que se han surgido sobre la variante Ómicron y cómo el efecto de este puede debilitarse al utilizar dicho insumo.
No obstante, la realidad es que son productos que deben comprarse periódicamente y aunque algunos son de precios accesibles para unos duranguenses no es tarea sencilla adquirirlos, ya que están desempleados, y ese es el caso de Margarito Rojas, quien trabajaba en la obra pública.
“Ahorita no porque no tengo trabajo desde diciembre, es que a veces es por temporada de trabajo en las obras, algunas están detenidas porque son particulares y se termina el trabajo”, dijo.
También hay casos como el de María del Consuelo Ávila, una persona de la tercera edad que desconoce el precio no solo de los cubrebocas, sino de otros productos como el gel antibacterial o desinfectante y esto se debe a que sus hijas son quienes la dotan de estos insumos, ya que su prioridad es cuidarse.
“No vamos a lugares donde hay mucha gente, aglomerada y todo eso, eso procuramos, casi no salimos”, comentó.
En ocasiones la juventud duranguense como Karol González y Dana Castañeda, también se ven obligadas a comprar los benditos tapabocas para no contagiarse y su percepción de ellas es que deben cambiarse diariamente y que están muy caros.
Sin embargo, por la naturaleza de su edad, sus padres son quienes normalmente deben abastecerse de dichos productos.
“Mi papá, mi abuelita, los de mi casa (son quienes gastan) yo no, pero sí compran lo necesario”, dijeron.
Don Roberto de la Cruz, es sin duda de los pocos duranguenses de la tercera edad que no se ha contagiado de Covid-19 en dos años, y esto se debe a que ha seguido las indicaciones de salud al pie de la letra, al grado de que se cambia de cubrebocas cada cuatro días o utiliza uno lavable cuando no tiene, y además de eso utiliza gel antibacterial todo el tiempo.
“Gracias a mi padre Dios no me ha dado Covid, me cuido bien, ni yo ni mi familia hemos sufrido por el Covid”.

