>El protagonista de la serie que se estrena este jueves por MAX nació en Ciudad de México hace 41 años y ganó reconocimiento temprano por sus apariciones en varias telenovelas exitosas.
Agencias
La lógica dice que un solo relato no alcanzaría para abarcar todas las facetas de la vida y la obra de Roberto Gómez Bolaños, ese “pequeño Shakespeare de 1,60” que se convirtió en uno de los artistas populares más importantes de México y, por extensión, de todo el mundo hispanohablante en el siglo XX gracias a la inmensa repercusión de los personajes agrupados bajo el título genérico de El show del Chavo.
El protagonista del primer relato de ficción que se asoma a la vida y la obra del creador de ese enorme legado habla de su experiencia.
“La semana en que me enteré que iba a ser yo este personaje, que me quedaría con este papel, fue la misma semana en la que supe que iba a ser papá”, responde afirmativamente Pablo Cruz.
Acompañado por Paola Montes de Oca (que personifica a la Chilindrina), Cruz dedicó llevó a cabo la presentación oficial de “Chespirito: sin querer queriendo”, miniserie de ocho episodios que estará disponible en la plataforma de streaming Max, a razón de uno por semana, a partir del jueves 5 de junio.
La producción se inspira en la autobiografía del mismo nombre, publicada por primera vez, y ahora llevada a la pantalla por Roberto Gómez Fernández, el único varón de los seis hijos que tuvo Gómez Bolaños con su primera esposa, Graciela Fernández.
Cruz nació en Ciudad de México hace 41 años y ganó reconocimiento temprano por sus apariciones en varias telenovelas exitosas y como un villano ficticio (inspirado en varios personajes de la realidad) en otra serie autobiográfica tomada de la vida de un mexicano famoso en todo el mundo de habla hispana: Luis Miguel.
“¿Cómo me preparé para este papel? Puedo hablar de varias etapas y de tres pilares. El primero fue ver muchos capítulos de la obra de Roberto y de sus entrevistas, material público que puede verse en Internet. La segunda, platicar mucho con su familia, charlas en las que aparecieron unos archivos muy extensos de fotos familiares y videos caseros con Roberto jugando y haciendo sketches solo para él mismo y sus conocidos. Y la tercera, compartir tiempo con el resto de los actores, con los intérpretes de la Vecindad, para recargarme en ellos y en todo lo que habían construido cada vez que tenía alguna duda”, explica Cruz.
El actor también expresó que representar la figura de Roberto Gómez Bolaños es es una fuente de unión como narrador de historias que salen a buscar la voluntad colectiva a través de la ternura que provoca un niño huérfano como lo es el Chavo del Ocho, y a partir de ahí, se construye el humor.
“Había que acercarse lo más que se pudiera a la gente que vivió en ese mundo y hacerles preguntas acerca de cuáles eran los objetivos de Roberto en esos momentos de su vida. Tuve el grandísimo don de contar con mucha gente cercana que me guió con esa información. Roberto era un cuate muy sencillo. No era el gran sibarita que pedía un pato laqueado en frutas. Su manera de vestir, de comer, siempre fue muy austera. Era conservador e introvertido y no se permitía todo lo que se animaba a jugar con sus personajes. Tengo una historia muy bonita al respecto”, dijo el actor.
Finalmente, esta experiencia visual nace a 50 años de la aparición de Chespirito, existiendo muchas expectativas sobre esta serie, sumado a que los episodios se siguen pasando continuamente a través de la televisión abierta de muchos países, por lo que, esta serie no es más que la continuación de un legado preexistente.