Faltan nombramientos en el gabinete estatal
Por: Aarón Quiñones
A unos días de la presentación del Segundo Informe de Actividades del gobernador Esteban Villegas Villarreal es prudente hacer un análisis de los cambios en su gabinete inicial. La situación adversa en el tema económico heredado por la anterior administración y el enroque político por ser un gobierno de coalición le han marcado sin duda alguna sus decisiones al momento de nombrar puestos clave dentro su encomienda.
Si la memoria no nos falla fue el propio Villegas Villarreal que en enero de este año salió a los medios de comunicación a dar a conocer que haría varios movimientos derivados la mayoría de las recién pasadas elecciones. Uno de los acomodos más sorpresivos y de manera extraoficial más relacionado con temas personales que con la competencia electoral, fue el de Ricardo Navarrete que estuvo escasos meses al frente de la Secretaría de Agricultura.
Ese puesto para quienes conocemos un poco de la trayectoria del mayor de los Navarrete, una familia sobre todo ligada a la administración educativa y Ricardo ya con una amplia experiencia con casi 6 años en el sexenio de Jorge Herrera Caldera, pero como secretario de Desarrollo Económico, desentonaba con su trayectoria. No es lo mismo ser un estudioso de la economía y el fomento a las inversiones que el conocimiento pleno del campo y sobre todo del campo duranguense plagado de lideres y de política, de hecho en la anterior administración de Rosas Aispuro esa dependencia fue la que más cambió de titular.
Ricardo no se halló, le buscó, trató el tema de hacer gestión y buscar las entradas de inversiones al campo, pero no es su área de especialidad hablar de tuberculosis, de plaga de chapulín, de siembra, de bordos de abrevadero, de pulgas, de garrapatas.
En su lugar fue nombrado Jesús López, hombre de todas las confianzas de Villegas y muy ligado a las organizaciones campesinas priistas, quien venía de la Dirección de Desarrollo Rural del municipio, pero ya en sustitución de “El Vocho” Daniel Salazar; ahí se dio otro enroque, con el intercambio entre secretaría y dirección con la llegada a esta última de Manuel Herrera.
Asimismo y esto sí completamente ligado con las elecciones se dieron los cambios tanto de la lagunera Rocío Rebollo y la capitalina Alejandra Terrones de la Secretaría del Bienestar Social y del Instituto de las Mujeres, respectivamente.
Inicialmente Rocío iba a una senaduría, pero en el camino la bajaron y terminó siendo candidata plurinominal a una diputación local. Hay que recordar que la exalcaldesa de Gómez Palacio en las glorias pasadas del PRI, fue de las más atacadas por la oposición, pero aguantó vara frente a la dependencia e intentó administrar lo poco que hay.
En su lugar, pero según tenemos conocimiento está de manera provicional David Payán, quien se encuentra como encargado sin el nombramiento oficial, o a menos que ya se haya hecho, pero no se ha oficializado.
En el caso de Alejandra, la salida inicial era para una diputación local, pero cambió en el camino y terminó siendo candidata a una diputación federal, una aceleración de 0 a 300 kilómetros por hora en menos de 10 segundos en su trayectoria política. Desafortunadamente para su causa ese movimiento no salió del todo bien, ya que perdieron. Ese puesto hasta la fecha sigue acéfalo o por lo menos no se ha dado a conocer plenamente la llegada de una nueva funcionaria.
Quien también se fue por el tema de las elecciones fue la encargada del Instituto Estatal de la Juventud, Mayté Manzanera que realizó activismo político directo como suplente, pero ya no regresó, ella fue sustituida por la también juvenil política emanada del PAN, Grecia Hernández con trayectoria en las bases juveniles de ese partido.
La secretaria del Trabajo, Cindy González Murillo se fue a las elecciones también con una aspiración plurinominal, signada por el ya desaparecido Partido de la Revolución Democrática (PRD), como es de todos sabido los resultados para nada fueron lo que esperaban y se perdió prácticamente todo. En su lugar quedó la lagunera Berenice Morales de Avila, una mujer con trayectoria en el tema de la conciliación laboral y que hasta el momento ha realizado un trabajo discreto frente a la dependencia.
Quien se fue discretamente y sin hacer mucho ruido fue la doctora Soledad Ruíz Canaán que había sido de las únicas o si no la única funcionaria transexenal que mantuvo la dirección del Instituto de Salud Mental del estado los primeros meses del gobierno del originario de San Juan del Río y hasta la fecha no se ha dicho a ciencia cierta qué va a pasar con esa dependencia en donde se hablaba de hacer una fusión administrativa con la Secretaría de Salud.
Ya en marzo otro cambio importante, significativo y sorpresivo para la administración estatal fue la salida de Irasema Kondo Padilla, sin duda alguna por cuestiones de política, su desempeño según sus allegados fue destacado, incluso atendiendo la herencia maldita de los casos de meningitis y librando las primeras batallas de la incorporación del sistema estatal al sistema nacional ahora llamado IMSS-Bienestar, además de su vasta experiencia en el tema médico. Ahí los que estuvieron presentes en ese cambio lo aceptan directamente que tuvo que ver con cuestiones partidistas, el gobernador tiene esa facultad y la hizo valer nombrando al hasta entonces director de la Coprised, Moisés Nájera, un servidor público de perfil muy discreto y así ha sido su trabajo al frente de esta dependencia.
El siguiente cambio era cantado desde los primeros meses de la administración fue el de Alfredo Deras de la Secretaría de Desarrollo Económico, un político panista con mucha experiencia en el mundo de las finanzas y la economía, pero como parte activa no como estudioso. Desde las primeras giras del mandatario estatal se vio la falta de su presencia, la mayoría de las veces justificada por la necesidad del panista de permanecer frente a sus empresas personales, cosa que es válida, además del dominio de la política económica internacional que fue hacia donde se ha inclinado el gobernador en su búsqueda por traer inversión y trabajo a Durango.
En su lugar arribó Fernando Rosas Palafox, un hombre clave en la gestión política económica, incluso con la administración federal. Fernando estuvo en Fomento Económico municipal también en un gobierno de coalición e inició su labor con Esteban Villegas como asesor, pero a pesar de su juventud su experiencia en el tema político destaca por sus relaciones nacionales e incluso internacionales.
Finalmente, el més reciente y aparentemente también el más sorpresivo fue el nombramiento como nuevo titular de la Secretaría de Finanzas, de Franklin Corlay Aguilar y la evidente salida de Cristina Orrante de esa dependencia.
Este cambio en un área tan delicada y complicada como es la administración publica estatal no es cualquier cosa, el dinero ese siempre ha sido el problema desde sexenios anteriores. No hay dinero, hay deuda y las malversaciones del recurso la han ampliado por miles de millones de pesos. Cristina Orrante había administrado lo que había, pero siempre hacía falta más, ahora la responsabilidad cambió y será el celebre desconocido Franklin Corlay, quien tenga que hacerle frente al adeudo en la UJED, en la SEED, en Pensiones y en general lo que significa el cierre de año.
Se ha especulado tanto la salida de la fiscal estatal Sonia Yadira de la Garza como de otros funcionarios que habían comprometido su participación sólo al primer año de gobierno, sin embargo, será durante la siguiente glosa del informe que se determine si vienen más cambios inmediatos, seguramente sí.