El asesinato de una mascota, el desdén de una sociedad

De Voz en Voz

Por Sara Valenzuela

Con el paso de los años cada vas más se van perdiendo los valores humanos al grado de normalizar la crueldad hacia los seres sintientes, en este caso a los animales, pues estos, en décadas anteriores jugaban un papel secundario o casi nulo en las vidas de las familias, en donde no se tomaban en cuenta, caso contrario a la actualidad en donde hoy en día existen leyes en la mayoría de las entidades de la república, 31 para ser exactos con excepción de Oaxaca.

A pesar de que actualmente hay quienes defiendan y alcen la voz por los que no la tienen, como son los animalistas, personas que empatizan con los animales, ciudadanos que denuncian, otros que simplemente respetan a los mismos, entre otros, lamentablemente se siguen presentando hechos sádicos, atroces y muertes sin escrúpulos provocadas por la misma sociedad hacia perros o gatos, como lo que ocurrió en días pasados en la colonia Emiliano Zapata, en donde un perro fue brutalmente golpeado hasta la muerte para después ser clavado en un poste… ¿Qué pasa por la mente de quien realiza estos actos inhumanos? O peor aún, ¿qué pasa con los presentes que se convierten en cómplices de la situación? Y digo cómplices porque es bien sabido que siempre hay testigos, hay quien reporta, hay quien se percató del acto, pero ¿de qué sirven los videos, las fotos?, ¿acaso no es mejor intervenir o poder impedir la muerte de un animal que está siendo violentado despiadadamente? Estos son asuntos que también causan indignación en la sociedad debido a que se cuestionan lo mismo: Y el que graba o el que vio ¿que no pudo hacer algo? Son comentarios que podemos ver en los comentarios de las publicaciones o reportes que se hacen en las redes sociales, pues la mayoría de las veces además de la tristeza, el coraje la impotencia, estos contenidos causan morbo.

Casos como este no es el único que se ha presentado aquí en Durango, pues hace meses también fue el caso del envenenamiento de varios gatos en el fraccionamiento Madrazo, quienes fueron víctimas de personas que tal vez no les gustaban estos animales; realmente no se sabe por qué llegan actuar de esta manera, gente que maltrata animales por diversión, gente tal vez con severos trastornos mentales, personas que son preocupantes para el entorno social, y ¿por qué se dice esto? Porque es bien sabido que un hombre o una mujer que no pueda tener compasión o piedad con un animal, difícilmente la tendrá con otra persona, con un bebé, un niño, un adulto mayor, no se tentará el corazón.

Lamentablemente, de acuerdo a datos recabados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), México es el primer lugar de América Latina y tercero en el mundo en donde se registran más casos de maltrato animal, se tiene un estimado que al año fallecen 60 mil animales con crueldad a manos de sus propietarios o más triste aun las mascotas abandonadas en las calles son las más propensas a morir de esta forma.

Otra estadística desafortunada de acuerdo al Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, se realizó un estudio entre el año 2020 a 2022 en donde los resultados tampoco fueron nada favorables, pues en ese lapso de tiempo se atendieron más de 17 mil 600 reportes de maltrato animal, entre los cuales el 87% estuvo relacionado con perros.

Como podemos darnos cuenta, esta problemática, no solo ocurre en Durango, sino en el país y en todo el mundo, por lo que es un tema preocupante que no debería ser indiferente, pues la violencia, la crueldad y la muerte contra un animal tiene una fuerte relación directa de violencia con otros seres humanos, lo cual debería sensibilizarnos y mantenernos alerta como sociedad. Aunque todavía hay mucho que se tienen que reforzar en las leyes de protección animal, como lo es la pena para los responsables, el nivel de atención a las denuncias, la justicia correspondiente, como seres humanos, debemos dejar de lado la complicidad y no solo cumplir con compartir a la mascota violentada o fallecida y decir “ya hice lo que pude con reportar”, NO… el hecho de haber sido cómplice genera culpa, el hecho de poder haber evitado algo que agravara la vida de una mascota, eso es realmente tomar acción, hay quienes se justificaran o habrá a quienes realmente les den igual estos casos de crueldad animal, el problema será cuando esto escale y la muerte de un perro, un gato o cualquier animal sintiente ya no sea suficiente y en la siguiente sea un conocido, una persona a la que también miren con la misma indiferencia, que también ocurre seamos realistas pero si el desdén continúa, se retrataría lo podrido que se encuentra nuestro entorno.

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