>La cantante se presentó el sábado por la noche en la velaria de espectáculos del recinto ferial.
Por Juan José Nava / La Voz de Durango
Bella, elegante, siempre diva y con una sonrisa afable esbozada en lo alto que cautiva, es como refrendó su título de “La reina grupera”, la guapa Ana Bárbara, quien se reencontró con Durango en una noche impregnada de luces, bailes sensuales y dinámicos, y mucha algarabía, en la que entregó sus más grandes éxitos.
Fue la velaria de la Feria Nacional “Francisco Villa” Durango 2024, el gigantesco recinto donde la cantante deleitó a miles de asistentes con una lluvia de temas desprendidas de sus distintas producciones discográficas, muchos de ellos, recordados con cariño por los fanáticos que han seguido de cerca su trayectoria.
Cobijada bajo el cariño de su público, siempre agradecida por el apoyo externado causando empatía por doquier, la cantante se cambió de vestuario en diversas ocasiones para lucir sus diferentes facetas musicales.
Se enfundó con un atuendo de norteña en tonos azul turquesa, con un vestido casual de lentejuela dorada, también tipo charra contemporánea con botas de piel, sombrero y vestido largo en tonos negros con rosas dibujadas, escudada como toda una reina por su cuerpo de bailarinas y musculosos bailarines, evocando con tan sutil distinción, un tributo al amor que va más allá de un simple abrazo, un beso o una palabra de aliento, porque la música es el mejor vehículo para causar emociones.
La cantante potosina de 53 años abarcó un amplio repertorio de su catálogo recordando algunos de sus éxitos más icónicos como “La trampa”, “Qué poca”, “Me asusta, pero me gusta”, “Lo Buscaré” y “Como me haces falta”, en éste último, en el que recordó y entregó una dádiva a todos esos seres queridos de luz que nos miran desde el cielo.
Entrada en esas memorias, homenajeó a Joan Sebastián, diciendo: “Hoy lo extraño mucho, pero hasta el cielo te canto, compadre querido”, mientras una foto del cantante aparecía en la pantalla y ella interpretaba “Secreto de amor”.
De pronto, entre luces tenues arribaron al escenario los integrantes del Mariachi Juvenil Viva América, 100% duranguense, que acompañó a la intérprete para deleitar al público con una selección de temas como “Por qué me haces llorar” y “Acá entre nos”.
Siguiendo en los recuerdos, aprovechando al mariachi, Ana Bárbara hizo una remembranza muy emotiva dedicada a Vicente Fernández donde se proyectaron algunos de los momentos que la cantante vivió junto al intérprete mientras hacían colaboraciones; también vino a reforzar el ambiente otro recuerdo con la gran Paquita la del Barrio, con quien hizo un dueto para dedicar un mensajito a todos esos hombres mujeriegos.
La cantante también demostró que su humildad, sencillez y carisma no han pasado con los años, por el contrario, en repetidas ocasiones se acercó a saludar de cerca al público tomándose fotografías, firmando autógrafos e intercambiando muestras de afecto.
Cabe destacar también que durante el concierto, Ana Bárbara expresó su gratitud y amor por Durango, un estado que siempre lo recibe con los brazos abiertos y del que tiene gratos recuerdos.
“Cómo le hacen cada día con este cielo hermoso de Durango. Gracias por tanto cariño, Durango. Ustedes siempre me reciben con los brazos abiertos y me hacen sentir como en casa”.
Entre los detalles, invitó al escenario a un talento local, la cantante Wendy, para brindarle la oportunidad de sentir la vibra del público compartiendo el tema “Fruta prohibida”, lo que les valió muchos gritos de euforia.
La noche siguió su curso llena de sorpresas y momentos emotivos. La cantante compartió anécdotas de su carrera y la inspiración detrás de algunas de sus canciones. Entrada en modo acústico hizo un falso final con el inspirado tema “Lo Busqué” acompañada del coreo del público.
Finalmente, cuando llegó el momento menos esperado, Ana Bárbara cerró el concierto con “Bandido”, dejando una huella imborrable en los corazones de todos los asistentes y fue agasajada con un regalo especial, con una figura de papel maché imitando su figura de la que se le vio sorprendida. Inmediatamente con lágrimas enjugadas sobre su rostro agradeció por la bella dádiva y dijo hasta pronto.
