- En temas de auxilio y seguridad.
- Son más de 200 mil mujeres en edad reproductiva en Durango que pueden llegar a ser víctimas de acoso en las calles, 38 botones de pánico no son suficientes: Ali Gamboa.
Sara Valenzuela / La Voz de Durango
El tema del acoso callejero hacia las mujeres, es una problemática que continúa en Durango, pese a que en la pasada administración se optó por implementar estrategias que pudieran brindarle apoyo al género femenino al momento de transitar por las calles, esto hoy en día no ha dado buenos resultados. La síndico municipal, Alicia Guadalupe Gamboa Martínez, explicó que se hizo una inversión de 1.5 millones de pesos para la instalación de los botones de pánico, sin embargo, no son suficientes para todo el municipio.
Mencionó que la violencia en la capital cada vez va en aumento, por lo que urge hacer un análisis sobre que métodos de seguridad utilizan otros países que sí sea funcional en Durango, pues comentó que la violencia va más rápido que las estrategias.
“Una aplicación que llegue a todas las mujeres, son más de 200 mil mujeres en edad reproductiva en Durango, con 38 botones, son muy pocos, realmente si funcionaran al 100 por ciento vamos a dar abasto poder erradicar la violencia, háganse ustedes esa pregunta y así nos estaríamos dando una respuesta. (…) Si diera resultados no importa el mantenimiento, el problema es que si te haces de verdad la pregunta de cuántas colonias hay en Durango, en donde se vive la violencia y en dónde están instalados estos botones de pánico, ¿de verdad estamos llegando a tener un programa que dé respuesta a las mujeres?”, expuso.
Por último, Gamboa Martínez reveló que el tiempo de llegada por parte de seguridad pública es de cuatro minutos para brindar atención a la víctima, no obstante, muchas veces, la ciudadanía hace mal uso de los botones de pánico al realizar llamados en falso o de juego y son alarmas fallidas, asimismo, manifestó que en ocasiones, los vecinos cuando ven que el acoso o violencia ocurre, no denuncian o hacen caso omiso, por lo que se vuelven cómplices y esta problemática crece en la sociedad.