“Mi padre disfrutó el 10% de su vida. Fue el hombre más rico y pobre a la vez”: Hijo de Pablo Escobar

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>Juan Sebastián Marroquín Santos, ofreció la charla “Escobar, una historia para no repetir” en el Auditorio del Pueblo, como parte de la clausura del programa “Ponle play a tu futuro” auspiciado por el Gobierno Municipal.

Por Juan José Nava / La Voz de Durango
Como parte del cierre del programa de prevención de riesgos “Ponle play a tu futuro” auspiciado por el Gobierno Municipal de Durango en coordinación con el Instituto de Desarrollo Humano y Valores (INDEHVAL) a través de su Dirección de Juventud, se llevó a cabo la conferencia “Escobar, una historia para no repetir” protagonizada por Juan Sebastián Marroquín Santos, hijo del narcotraficante, criminal y terrorista colombiano Pablo Escobar Gaviria (1949-1993).

El Auditorio del Pueblo lució lleno en su totalidad con la presencia de jóvenes entre los 12 y 21 años de edad que cursan distintos grados de escolaridad, al ser éstos partícipes del programa que tiene como objetivo concientizar sobre la prevención de las adicciones, la violencia intrafamiliar y el cuidado de la salud mental.

Marroquín Santos, durante su charla, compartió que su padre alguna vez se convirtió en el hombre más rico del mundo, de acuerdo con los datos arrojados por la revista Forbes, sin embargo, vivía en condiciones precarias y de necesidad, por no tener la libertad de disfrutar tranquilamente de su poder económico.

Reprobó también el falso concepto de idealizar o glorificar a los altos capos del crimen organizado como personas extraordinarias y de ejemplo a seguir que buscan el camino fácil para hacerse ricos de la noche a la mañana y exponer su alto poder a la sociedad, una realidad mediática que, según consideró, no es como la pintan.

“Mi padre nos mostró a todos los jóvenes el camino que no hay que recorrer. Sé que muchos de ustedes siguen la triste influencia de la televisión. Piensan que se trata del camino al éxito, pero no es así. Mi padre alguna vez se declaró un hombre muy ambicioso, le dijo a sus amigos que si para cuando tuviese 30 años no tenía 1 millón de dólares, se suicidaría. Estaba claro que había marcado su camino y dando rienda suelta a su visión y no estaría dispuesto a respetar la vida de nadie que se atravesara en su camino. Parecía que iba a tener éxito, pero le duró muy poco”.

Reveló que la imagen que los medios de comunicación y las plataformas streaming le han conferido al capo colombiano, ha creado una falsa expectativa e ilusión de riquezas que, más que beneficios, trajo innumerables problemas a su familia.

“Mi padre fue la única persona tristemente en la historia de mi país que apunta de terrorismo, secuestro, extorsión y de violencia al estado por su voluntad y propia carta. Yo pensé que mi papá iba a reparar a sus víctimas después de confesar sus crímenes cuando estaba en la cárcel e iba a regresar a nuestro hogar, pero nos engañó a todos. La verdad es que no tenía planes verdaderos de pagar por sus culpas, él seguía fortaleciendo su actividad criminal al interior de esa prisión y desperdició la única oportunidad que le dio la vida y la sociedad colombiana de reivindicarse. Finalmente, permaneció alejado de su familia, no pudo disfrutar de su libertad y era lógico, ya que no respetaba las leyes humanas psicológicas”.

A través de fotografías, un documental e innumerables anécdotas de sus vivencias junto a su padre, durante más de 60 minutos, el conferencista mostró otra cara de la moneda con el fin de invitar a los jóvenes a no repetir la misma historia y optar por una vida de libertad y paz.

También compartió cómo fue su exilio de Colombia a los 16 años, después de la muerte de su padre, donde la única alternativa, fue cambiarse de identidad y quitarse el apellido Escobar, ya que, éste traería a colación consecuencias irreversibles, pues fue tachado de criminal junto a su madre y su hermana.

“Quise escapar del país, huir de la violencia que había heredado de mi padre, y me decían: “no, a usted no le vendemos pasajes”; llegamos a las Naciones Unidas y al Vaticano a pedir ayuda, y no obtuvimos respuesta; tuve que cambiarme el nombre, porque entendí, que había un tremendo prejuicio sobre mi apellido y eso no me iba a permitir vivir en paz, tener libertad”.

Agregó que su papá estaba lleno de dinero y salió de la pobreza a través de la criminalidad, sin embargo, esa fortuna solo le trajo problemas, una visión más alejada de lo que realmente significa tener éxito, ya que murió a los 44 años de edad.

“Mi padre disfrutó el 10% de su vida, y todavía hay alguno que se me acerca y me dice: “no, tu padre, era un hombre muy exitoso”, y yo les pregunto… ¿qué es el éxito para ustedes jóvenes?… para mí, es algo que realmente puedes disfrutar a lo largo del tiempo. Mi papá nunca disfrutó nada de lo que tuvo en su tiempo, se la pasó viviendo de apariencias y entre los años 80 y 84, fueron todos sus problemas. No tuvo ni un momento de tranquilidad. Fue el hombre más rico del mundo, pero fue el hombre más pobre a la vez. Tenía mansiones, 1,200 especies de animales importantes en un zoológico, violando toda ley de preservación, tenía un aeropuerto privado, sí… había construido un imperio, pero todo eso se acabó y acabó por ser destruido y abandonado”.

El hijo de Pablo Escobar abrió su corazón y sus sentimientos mostrando su solidaridad con todas aquellas personas que tuvieron la desgracia de perder a algún familiar o conocido por la violencia en los años de criminalidad de su padre. Compartió que una de sus acciones ha sido el acercarse a al menos 150 familias afectadas con la intención de pedirles perdón.

“No tengo un listado oficial de víctimas. Mi padre mató a mucha gente pero, al menos, unas 150 familias, he dado la cara pidiendo perdón. Quizás yo no tenga la fortuna de mi padre, ni soy de los hombres más ricos del mundo, pero sí me siento más rico que mi padre, porque tengo algo que todo su dinero no pudo comprar, mi libertad, paz y tranquilidad, finalizó.