“Cerillitos” de la tercera edad, entre la discriminación y el abandono en supermercados

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  • La noche del lunes, un varón de 68 años de edad perdió la vida al sufrir un ataque al corazón, cuando laboraba como empacador en la Soriana Madero.

César Rodríguez / La Voz de Durango

En la actualidad, la población de adultos mayores que continúa activa en el ámbito laboral se enfrenta a desafíos considerables. A medida que más individuos optan por trabajar más allá de la edad de jubilación, se ha puesto de manifiesto la necesidad de abordar los riesgos y dificultades a los que están expuestos.

Lamentablemente, la noche del lunes, aproximadamente a las 20:00 horas, falleció por un ataque al corazón Catalino “N”, de 68 años de edad, quien laboraba como empacador en la Soriana Madero, tienda de autoservicio que no cuenta con el personal ni el equipo adecuado para atender este tipo de situaciones.

El varón terminó bajo una sábana en el piso del supermercado, y es que si bien el cuerpo de Bomberos tuvo un tiempo de respuesta de tres minutos y llevaba el desfibrilador externo automático, Catalino ya había perdido la existencia, por lo que el Ministerio Público fue el encargado de realizar las investigaciones pertinentes, así como trasladar el cuerpo.

Si bien se busca tratar de ocupar a este sector de la población, uno de los desafíos principales es la salud física y mental de este grupo demográfico. Las demandas laborales intensas y prolongadas pueden resultar perjudiciales para la salud de los adultos mayores, aumentando el riesgo de lesiones, fatiga crónica y estrés. Además, enfrentan obstáculos adicionales debido a la discriminación basada en la edad, lo que limita sus oportunidades laborales y afecta su autoestima.

La falta de adaptación en los entornos laborales para satisfacer las necesidades de esta población también es un problema. Desde el Gobierno federal se ha declarado que es crucial implementar medidas ergonómicas, programas de capacitación y ajustes en las condiciones laborales para garantizar la seguridad y el bienestar de los adultos mayores en el trabajo, no obstante, parece que todo se queda en el discurso.

Los reclamos por políticas que protejan a este grupo vulnerable han cobrado fuerza. Se requieren leyes laborales más sólidas que prohíban la discriminación por edad y promuevan ambientes laborales inclusivos. Además, se necesitan políticas que faciliten la transición hacia la jubilación y brinden oportunidades de empleo flexibles adaptadas a las capacidades de los adultos mayores y que no sólo se dediquen a empacar productos en dichos establecimientos que no cuentan con las medidas de protección necesarias.