- Vicente Victorio, agricultor del municipio de Cuencamé, indica que tras la intensa sequía y heladas, el panorama no pinta nada bien para la mayoría de las familias.
César Rodríguez / La Voz de Durango
La Navidad y el cierre del año no serán momentos de felicidad para todos. Algunos experimentarán momentos difíciles, como es el caso de los pescadores de altamar, quienes enfrentan desafíos más que complicados, tal es el caso de las familias del sector rural de la entidad.
La sequía de este 2023 se cataloga como la más intensa en la última década, problema que se agravó con las heladas tempraneras, lo cual terminó por matar las esperanzas de los productores de diferentes zonas de la entidad.
En una entrevista para La Voz de Durango, Vicente Victorio, quien se desempeña como agricultor en San Pedro de Ocuila, municipio de Cuencamé, relató que la Navidad más que alegrar a las familias, ha causado una seria preocupación entre la población.
De tal manera, señaló que este año las cosechas fueron mínimas, puesto que la tierra carecía de nutrientes y las lluvias a destiempo no fueron las necesarias para que se lograra el desarrollo de las plantas.
Si bien, a los productores de chile les fue bien, productores de maíz y frijol se vieron ampliamente afectados por las condiciones climáticas, donde los frentes fríos terminaron por matar al cultivo.
“Ahorita no sabemos cómo le vamos a hacer, no hay para vender, tenemos para comer nosotros, pero no se vive de puro comer, hay que pagar y ahí no nos ha salido las cuentas”, mencionó.
Para concluir, hizo hincapié en que los apoyos federales que les llegaban hace años para mitigar este tipo de situaciones ahora ya no existen, lo que complica el panorama para todas las familias del campo.