- Hoy en día se está perdiendo el significado de esta celebración.
Marco Santos/ La Voz de Durango
Durante este período decembrino, es muy común que se realicen las posadas, mismas que están arraigadas en la tradición religiosa mexicana, simbolizan el viaje de María y José en busca de posada antes del nacimiento de Jesús. Aunque estas festividades tienen un origen religioso, han evolucionado hacia eventos comunitarios que promueven la solidaridad y la unión entre vecinos y amigos.
En su esencia, las posadas son más que simples fiestas; representan la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de la hospitalidad y la generosidad. La búsqueda de posada de María y José nos recuerda la importancia de abrir nuestras puertas y corazones a quienes nos rodean. Así, las posadas se convierten en un recordatorio anual de la importancia de la acogida y el apoyo mutuo.
En medio de la alegría festiva, es esencial no perder de vista el mensaje más profundo de la Navidad. La posada no solo es una celebración, sino también un recordatorio de que el verdadero significado de la temporada va más allá de las luces y los regalos. Nos desafía a ser más compasivos, a compartir con quienes tienen menos suerte y a cultivar un espíritu de generosidad que trascienda las festividades.
Así, las posadas se convierten en momentos de reflexión, donde la comunidad se une no sólo para celebrar, sino para fortalecer la conexión humana y cultivar valores que perduran más allá de la temporada navideña.
Sin embargo, es crucial reconocer que, en algunos casos, la celebración de posadas se desvía de su significado original. Actualmente, algunos jóvenes utilizan el pretexto de las posadas para el consumo excesivo de alcohol, desviándose del mensaje de solidaridad y reflexión que estas festividades intentan transmitir.