>El reguetonero expresó durante su última presentación en Puerto Rico que habrá de servir a Dios.
Agencias
Nadie imagina que al final de un gran espectáculo comenzaría otra historia. Daddy Yankee dirá adiós y retomará su vida como Raymond Ayala, su nombre real, que ahora dedicará su vida a Cristo, según lo anuncia el propio intérprete de “Gasolina”, al dar por enterada a su audiencia sobre lo que sucederá con su vida después de anunciar su retiro de la música.
Durante los últimos minutos de su última presentación suscitada recientemente en el Coliseo de Puerto Rico, Yankee explica que ha entregado su vida a Cristo, que fue esta decisión lo que lo llevó a optar por su retiro. Se acabó la historia de Daddy Yankee, dice, y comienza una nueva, bajo el nombre de Raymond Ayala.
Las razones para el retiro de Yankee nunca han quedado muy claras, pero cuando el año pasado anunció lo que sería su última gira mundial, no cabía duda de que La Meta terminaría en Puerto Rico.
Muy pocos artistas tienen el privilegio de dejar una marca tan abismal en el mundo. Es cierto que la carrera de Yankee no ha estado exenta de controversias, algunas por razones creativas, otras por situaciones personales, pero su rol como uno de los padres del reguetón es incuestionable.
Es quizás por eso que en la noche del domingo 3 de diciembre pasado, llegaron personas de todo el mundo a verlo, a presenciar en carne propia las páginas finales de una de las historias más importantes de la música latina, quien cosecha más de 20 años de trayectoria.
“Este día para mí es el más importante de mi vida”, dice Yankee. “Se los quiero compartir porque no es lo mismo vivir una vida de éxitos que una vida con propósito. Por mucho tiempo yo intenté llenar un vacío en mi vida que nadie pudo llenar. Trataba de rellenar y buscarle un sentido a mi vida, y en ocasiones aparentaba estar bien feliz. Pero faltaba algo para hacerme completo. Y les tengo que confesar que alguien pudo llenar ese vacío que sentía por mucho tiempo. Me pude dar cuenta de que para todos era alguien, pero yo no era nada sin él”.
Todas las herramientas que tenga en su poder, como la música, las redes sociales, las plataformas y micrófonos, será ahora para “el reino”, dice, no sin antes invitar a su público seguir el mismo camino.
“Muchas gracias, Dios los bendiga. Cristo los ama y Cristo viene, no lo olviden”, dice mientras hace su salida de una tarima, por última vez.