“Los franceses no se gustan ni a sí mismos”: la respuesta de Ridley Scott a las críticas por su nueva película sobre Napoleón

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>El director de Napoléon desestima las críticas a su película y cuenta entre otras cosas que no piensa dejar de hacer cine.

>La película se encuentra disponible en exhibición en salas de cine comercial a partir de este 23 de noviembre.

Agencias
Ridley Scott es famoso por su franqueza. El director de célebres películas entre las que se incluyen Gladiador, Alien, “Thelma & Louise y Blade Runner”, ciertamente dice lo que piensa.

Scott acaba de regresar de París, donde su película -con Joaquin Phoenix en el rol del soldado francés transformado en emperador, y Vanessa Kirby como su esposa (y obesesión) Josephine- tuvo su estreno mundial.

Es un espectáculo visual que contrasta la intimidad de la relación de la pareja con las acciones de un hombre cuyas ansias de poder provocaron la muerte de cerca de tres millones de soldados y civiles.

“Él es fascinante. Reverenciado, odiado, amado… más famoso que cualquier otro hombre o líder o político en la historia. ¿Cómo no querrías meterte con eso?”

La película tiene una duración de dos horas y 38 minutos.
Scott dice que si un film dura más de tres horas, se produce el factor “dolor de trasero” alrededor de las dos horas, que es algo en lo que piensa constantemente cuando está editando.

“Cuando empiezas a decir ‘Oh Dios mío’ y luego dices ‘Por Dios, no podremos comer por otra hora más’, es demasiado larga”.

A pesar del problema del “dolor de trasero”, se dice que Scott planea un montaje final más largo para Apple TV+ cuando la película se muestre por streaming, pero “no tenemos permiso para hablar de eso”.

CRÍTICAS
La película recibió muy buenas críticas en Reino Unido: The Guardian le dio 5 estrellas, y The Times cuatro a esta “espectacular historia épica”, pero los críticos franceses han sido menos positivos.

Le Figaro dice que la película podría ser rebautizada “Barbie y Ken bajo el Imperio”. La versión francesa de GQ afirmó que había algo “profundamente torpe, poco natural e involuntariamente divertido” en ver gritar a los soldados franceses en 1793 “Vive la France” con acento estadounidense.

Y un biógrafo de Napoléon, Patrice Gueniffey, atacó la película en la revista Le Point, señalando que era una versión de la historia “muy antifrancesa y muy probritánica”.

“Los franceses ni siquiera se gustan a sí mismos”, retruca Scott. “Al público al que se la mostré en París, la amó”.

En su película, las apropiaciones de tierras de Napoléon para construir el imperio se condensan en seis vastas escenas de batalla.

En una de las grandes victorias del emperador en Austerlitz, en 1805, el ejército ruso fue atraído hacia un lago helado (la escena fue filmada en un aeródromo en las afueras de Londres), antes de que apuntaran los cañones contra ellos.

A medida que las balas de los cañones se precipitan hacia el hielo, los soldados ensangrentados y los caballos comienzan a hundirse en las aguas heladas, tratando desesperadamente de escapar.

La escena es dramática. Es aterradora. También es hermosa.

“Tengo la suerte de tener buen ojo, eso es lo mejor que tengo”, dice Scott, quien nació en un pueblo costero de Inglaterra, y estudió primero en una escuela de arte en Hartlepool y luego en Londres. (Con información de BBC Noticias).