Juan Carlos Rulfo comparte su trabajo fílmico

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Juan Carlos Rulfo, cineasta mexicano, estuvo en Durango por invitación de la Filmoteca UJED.

>El cineasta mexicano visitó Durango como parte de una retrospectiva en su honor auspiciada por la Filmoteca UJED y la empresa Alfhaville que trajo el proyecto cultural “La Ruta del Talento”, tercera parte.

Por Juan José Nava / La Voz de Durango
La Filmoteca de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED) y la empresa Alfhaville, como promotora cultural del proyecto itinerante denominado “La Ruta del Talento” en su tercera edición, trajeron como invitado especial al cineasta mexicano Juan Carlos Rulfo, quien realizó una efímera visita a esta ciudad capital para hablar sobre su trabajo fílmico con la comunidad de estudiantes y público en general.

La visita del reconocido documentalista tuvo lugar durante la tarde del sábado 19 de agosto con la proyección de la película “Los que se quedan”, en la que estuvo presente para compartir impresiones y ante todo, escuchar a la gente, intercambiar opiniones, responder preguntas, experiencias y relatar anécdotas sobre su quehacer cultural.

Esto, tras haberse proyectado una triada de películas en su honor, una llamada retrospectiva para contextualizar la creatividad de uno de los documentalistas más resilientes de nuestro país.

Rulfo, fue abordado por Alfonso López, director general de Alfphaville, quien moderó un exquisito conversatorio nutrido por preguntas inteligentes y curiosidades que despiertan el interés del público por conocer más a fondo sobre el quehacer fílmico.

El cineasta brindó detalles de cómo fueron sus inicios como documentalista y su relación con su padre, el laureado y reconocido escritor Juan Rulfo.

“Me veía en el espejo y me decían qué se siente ser hijo de fulano de tal, desde chiquito corría esa cuestión una tras otra vez y supe que este señor tenía que ser especial porque todo mundo sabía de él. En la primaria ya sabes, tomabas distancia y cuando estabas formado se hacía la conversación típica de que te preguntan: ¿qué hace tu papá?, unos respondían, el mío es ingeniero, otro licenciado y con mucho orgullo, y yo… escritor, y me contestaban… ¿qué?, (ríe) así de rara era la profesión y así me la pasaba…”, platicaba entre anécdotas Juan Carlos Rulfo, recordando con cariño a su padre, donde reveló su cercanía, sus gustos y experiencias personales.

También platicó sobre las tres películas que fueron proyectadas durante el ciclo de cine en Durango: la ópera prima “Del olvido al no me acuerdo” (1999), “En el hoyo” (2006) y “Los que se quedan” (2008).

Asimismo, dio recomendaciones a los hacedores de proyectos y futuros cineastas invitando a los documentalistas del mañana a investigar a profundidad y a expresar con humildad, su discurso, no olvidando que la cercanía y buen trato con la gente, quienes finalmente son los portavoces del discurso, es crucial para obtener buenos resultados.

“No puedes ser muy técnico para hacer las cosas, tienes que ser gente, muy amable, tienes que abrazarlos, ponerte en su lugar, comprender sus ideas, recuerdo que la película de “En el hoyo”, había gente muy enojada, emociones bastante fuertes, hay una historia de por medio, de cómo se construyeron estas enormes columnas del periférico de la Ciudad de México. Siempre hay una parte social y política, pero, no necesariamente como denuncia, hay que escuchar para tratar de identificarse con la persona, que es más importante o va más allá de la noticia o el hecho que ocurre porque envejece y cambia constantemente… “, dijo.

Asimismo, señaló que en México falta más difusión y exhibición del cine hecho en el país, ya que existen muchos productores y buenas propuestas audiovisuales, sin embargo, los canales de diversificación de exhibición deben promoverse de una manera mucho más efectiva, creando incentivos locales.

Finalmente, celebró formar parte de la Ruta del Talento 3 en Durango y anunció que tiene proyectos en boga por concluir, tres documentales más que estarán produciéndose en el sur del país, uno, en la Ciudad de México que, precisamente hablará de la gran urbe que está sostenida sobre un lago y que irónicamente no tiene agua.