Por Omar García Rosales
Un futuro tecnológico en donde el western y los pistoleros abundan por doquier, es el argumento de la serie animada de Trigun, la cual, en sus primeros veinticinco años de vida, nos deja en claro que la vida de un héroe no es del todo fácil y llena de fama.
Creado por Yasuhiro Nightown, el manga de Trigun vería la luz en 1995 recopilando un total de dos tomos y colándose rápidamente entre el gusto de los lectores, aunque para su des fortuna la editorial Tokuma Shoten (En donde estaba siendo publicado) cayó en bancarrota, obligándose a cerrar y cancelar muchas historias que aún no habían finalizado. Trigun sería una de estas series, aunque fue rescatada en 1998 por la editorial Shonen Gahosha, quienes se vieron obligados a renombrar la historia a Trigun Maximun, por problemas de derechos de autor.
Sería en el mismo año que su manga fuera rescatado, que el estudio de animación Madhouse nos transportó a un escenario desértico muy al estilo del viejo oeste con su versión animada, en donde los pequeños pueblos, salones, bares y pistoleros eran los lugares habituales en este mundo futurista, en donde la tecnología ha avanzado pasos agigantados. Es aquí que conocemos a las jóvenes Meryl Stryfe y Milly Thompson, dos empleadas de una compañía de seguros, que han entrado en una gran crisis económica debido a la constante aparición de un pistolero conocido como el “Huracán Humano”, quien a su paso solo deja muerte y destrucción. Su misión es la de encontrar a este personaje con la esperanza de detenerlo para que ya no cause más estragos en el pueblo y de paso salvar a la compañía de seguros.
Lejos de encontrarse a un ser hambriento de sangre y destrucción, se encuentran con Vash Stampide, un joven tranquilo y pacifista amante de las rosquillas, cuya cabeza tiene una exorbitante recompensa de 60 billones de dólares. Nuestras protagonistas no pueden creer que él sea el famoso pistolero del que todos hablan, aunque pronto su habilidad con las armas queda demostrada cuando aparecen un grupo de asesinos a los que Vash elimina fácilmente.
Conforme vayamos conociendo más a Vash, nos daremos cuenta de lo que este esconde, ya que su cuerpo se encuentra cubierto de cicatrices, huye de su pasado el cual le atormenta día a día debido a todas las personas que no pudo salvar, ya que muchas de estas murieron debido a malas decisiones morales de nuestro protagonista.
A veinticinco años de su lanzamiento en la televisión, el anime de Trigun es una buena reinvención del genero western, adoptando la esencia americana con tintes futuristas, la historia nos deja en claro como en muchas ocasiones el imponer justicia mediante el pacifismo sólo causa más problemas que soluciones.