¿Autoestima y sobreprotección?

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MTF. Alfredo Arévalo

El instinto inicial de la mayoría de los padres es proteger a sus hijos, para que no les pase nada, no tengan que pasar por decisiones difíciles, y en general su vida es lo más sencilla posible. En alguno de estos artículos mencionaba que la mayoría de nosotros nos relacionamos desde las necesidades o carencias.

Es común escuchar en ocasiones a los padres decir “yo trabajo mucho para que a ellos no les falte nada”, “yo voy a darle mucha atención a mi hij@, eso que no tuve” “voy a estar presente, voy a ser su amig@, puede confiar en mi”; estas preocupaciones son normales hasta que se convierten en una obsesión y esto abre la puerta a comportamientos sobreprotectores que a la larga causaran un impacto negativo en nuestros hijos.

El primer impacto de la sobreprotección está en nuestra autoestima cuando las personas son sobreprotegidas no se les da la oportunidad de correr riesgos o de cometer errores, y aprender de esos errores, o de lograr cosas por sí mismos, siempre buscaras alguien que te ayude porque no puedes hacer nada solo, o quizás te sientas frustrado, triste, poco valioso.

Después, está el daño en nuestra capacidad de tomar decisiones, si siempre son los demás quienes tomaron decisiones por mí yo ya no sé cómo tomarlas; cuando tengo que tomar alguna decisión importante me mata la inseguridad y la indecisión. Esto hace que las personas se vuelvan demasiado dependientes de los demás, hasta para la decisión más sencilla.

La tercera afectación está en el manejo de desafíos cuando nos sobreprotegen se nos quita la oportunidad de aprender cómo manejar desafíos y situaciones difíciles, entonces, como nunca enfrentamos un desafío nosotros solos no sabemos qué hacer cuando surgen.

La sobreprotección suele generar sentimientos de asfixia, la sensación de no tener control de la propia vida; los niños tienen que aprender mecanismos de defensa emocionales que les permitan hacer frente a situaciones complicadas de manera autónoma.

¿Cuál es la diferencia entre la protección saludable y la sobreprotección? la diferencia es sutil pero es clave entenderla, la protección saludable implica darle a las personas herramientas y el apoyo necesario para que tengan seguridad y también éxito, por ejemplo: establecer límites y reglas, o enseñar habilidades sociales, enseñar herramientas para desarrollarse en el trabajo, para conseguir amigos, o para tener una familia.

En cambio, la sobreprotección es cuando el nivel de protección se vuelve excesivo dificulta la capacidad que tenemos para aprender, para crecer, porque implica controlar y micro gestionar la vida de una persona; implica evitar que tome sus propias decisiones, asumir la responsabilidad y las consecuencias de sus actos.

Explicado esto podemos observar que en la vida adulta esto puede tener algunas consecuencias, pues la huella de la sobreprotección es lo que se ve en algunos pacientes, miedos todo el tiempo y ansiedad, y tiene mucho sentido, porque si alguien pasó toda su vida advirtiéndoles y alarmándolos de niños, de absolutamente todos los peligros, esto conlleva vivir en este mundo con terror a lo que pueda pasar.

“El miedo es un lastre del que debemos deshacernos, porque las cosas van a suceder sí o sí, de una manera u otra, y el resultado final depende de nuestra actitud”.  Lidia Ciprés.