Una oportunidad para reconocer la misericordia de Dios: arzobispo

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  • Miles de duranguenses acudieron a los diferentes templos de la ciudad para recibir la imposición de Ceniza.

César Rodríguez / La Voz de Durango

Este miércoles los templos católicos de la ciudad capital se vieron abarrotados por miles de creyentes, quienes acudieron a recibir la tradicional imposición de Ceniza, una costumbre católica que ha trascendido a través de los tiempos.

El arzobispo Faustino Armendáriz Jiménez, fue el encargado de auspiciar la misa de las 09:00 horas, en la Catedral Basílica Menor, donde recalcó que esta es una oportunidad para reconocer la misericordia de Dios.

“Polvo eres y en polvo te convertirás”, esta es la frase que la Iglesia brinda a sus creyentes a la hora de tomar la Ceniza, inventándolos a iniciar una vida nueva y reafirmar su fe en el Evangelio.

De tal manera, Armendáriz Jiménez puntualizó que recibir la ceniza es un compromiso similar a inscribirse a una escuela, la cual debe tener una continuidad en las confesiones y acudir de manera regular a escuchar la palabra de Dios.

En ese sentido, expresó que esta fecha da inicio a los 40 días en los que Dios llama a sus fieles a prepararse para vivir los misterios de la pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, en la Semana Santa.

“Inscríbete a este curso de vida nueva, si crees en Jesús es que le alabes que creas en él y que seas realmente un comprometido con Dios”, mencionó.

HISTORIA

Los orígenes de la Cuaresma se remontan al año 325 de nuestra era, cuando se utilizaba más comúnmente como fase de preparación para los bautizos. La duración de la festividad es un homenaje al ayuno de 40 días de Jesucristo cuando recorrió el desierto después de ser bautizado y antes de comenzar su ministerio. La Iglesia considera este periodo como una prueba divina de la espiritualidad de Jesús y de su capacidad para resistir la tentación.

Hoy, los católicos aprovechan la festividad para arrepentirse y reflexionar. La cruz de ceniza que marca la frente de los fieles representa la mortalidad y la penitencia por sus pecados. La aplica un sacerdote durante la misa matutina, a menudo junto con una pequeña bendición, muchos optan por dejársela puesta todo el día.

La ceniza se obtiene de las hojas de palma quemadas durante los oficios del Domingo de Ramos (primer día de Semana Santa) del año anterior, que conmemoran la llegada de Jesús a Jerusalén una semana antes de ser crucificado y resucitado. Se cree que los residentes le dieron la bienvenida agitando hojas de palma.