- Sin lluvias invernales.
- La falta de humedad impide el rebrote de algunas plantas, además de incrementar los incendios en pastizales: Pedro Silerio García.
César Rodríguez / La Voz de Durango
El 2022 fue un año atípico para el campo duranguense, donde la prolongada sequía que después se convirtió en inundación terminó por perjudicar a las familias agricultoras y ganaderas de la entidad.
El regidor y presidente de la Comisión de Desarrollo Rural, Pedro Silerio García, puntualizó que lamentablemente la entidad no ha registrado lluvias invernales, las cuales son necesarias para el rebrote de algunas plantas.
De tal manera, advirtió que el vital líquido está a punto de agotarse en los bordos de abrevadero, ya que si bien los productores llenaron sus reservas, las condiciones climatológicas han sido muy inestables en los últimos meses.
En ese sentido, precisó que el sector ganadero corre peligro al no contar con el acceso al vital líquido para sus animales, quienes además deben de ser reforzados con la suplementación adecuada.
En ese sentido, señaló la urgencia de implementar programas entre los tres niveles de Gobierno, a fin de optimizar la captación del agua en las zonas rurales, y así mejorar la calidad de vida de este sector de la población.
“Debemos unirnos los tres niveles de Gobierno para implementar programas para captación de agua, tanques pipas para acarreo de agua, necesitamos apoyar a las comunidades más afectadas”, concluyó.