¿Cómo hablarnos?

0
567

MTF. Alfredo Arévalo

Hay muchos aspectos que van formando nuestra propia manera de ver y afrontar la vida, en otros artículos he mencionado el sistema de creencias y cómo este influye en varios aspectos de nuestra vida; Eric Berne, desde el análisis transaccional, pensaba que el ser humano nacía sano mentalmente, pero que, a lo largo de su vida, a través de las experiencias vitales y el tipo de educación recibida, o el trato con la familia, podría ir desarrollando problemas psicológicos.

En otro sentido y relacionado con el artículo de la semana pasada, desde el punto de vista de la terapia narrativa, creada por Michael White y David Epston, plantean que las personas, mediante la revisión y reedición de su historia, logran cambiar significados en relación a lo que creían de ellos mismos para poder desarrollar nuevas habilidades y significados.

Dentro de la terapia he encontrado que muchas personas presentan guiones de vida trágicos, esto es, traumas o experiencias adversas, de una carga emocional muy negativa. Si lo analizamos desde estas dos teorías, podemos ver que el ser humano experimenta vivencias y emociones, tanto de bienestar como experiencias o emociones de malestar.

Para ello influyen diversos factores externos, que tienen que ver con nuestro sistema de creencias y la manera de afrontar las situaciones, visto de esta manera los factores externos e internos nos dan un sentido de realidad, el cual en ocasiones está equivocado.

Nosotros en ocasiones podemos influir en los factores externos, desde asumir una responsabilidad de nuestros actos y tomar decisiones, las cuales nos llevaran a momentos buenos o malos; entonces digamos que podemos influir en un 60% de lo que pasa afuera, a veces menos o más dependiendo de nuestro contexto.

Lo interesante está en que en la parte interna tenemos un porcentaje más amplio en el podemos elegir, pero las historias que nos contamos nos impiden ver ese poder de elegir sobre nosotros mismos. Mucho tiene que ver las tendencias externas, si pasamos investigando, escuchando podcast, o viendo videos de coaching vamos a formar una historia distorsionada por muchas teorías y verdades que venden como absolutas, pero que en lo singular pueden funcionar, o no.

Estos aspectos internos y externos influyen directamente en el autoconcepto y por consiguiente en la autoestima, de esta manera podemos entender que para aumentar nuestra autoestima una de las características fundamentales que hay que tener en cuenta, es mantener un diálogo interno coherente y sano con nosotros mismos. Una de las estrategias es el que nos propone el análisis transaccional que describo a continuación.

Dentro de esta teoría imaginaremos que dentro de nuestra cabeza tenemos tres personajes, lo que Berne define como los “tres estados del Yo”, y que dentro de su explicación, nosotros establecemos diálogos con ellos, representando varios aspectos de nuestra vida.

El Yo Padre. – Representa el sentido del deber; lo que debo y tengo que hacer. Tiene que ver con las normas culturales y con los mensajes recibidos en la infancia a través de nuestros padres, profesores, iguales, los trabajos en los que hemos estado…por ejemplo: “debo de trabajar como funcionario; debo de estudiar; debo de ser productivo, debo de casarme” …

El Yo Adulto. – Representa nuestro sentido de realidad: “Yo elijo”. Lo que la persona decide pensar, sentir y hacer, teniendo en cuenta su educación recibida y su cultura; en el Yo padre, te educa la cultura y la familia, en el Yo adulto, te educas tú. Cuestionamos lo que hemos recibido y hacemos nuestro propio análisis de lo que queremos ser, cómo queremos comportarnos o cómo queremos vivir. Ejemplo: “elijo no casarme, trabajar de lo que me gusta, tener hijos” …

El Yo Niño. – Tiene que ver con nuestro Sentido del Placer: “Yo deseo”. Es nuestra parte emocional: “siento, me apetece, me gusta, no siento, no me apetece, no me gusta, no tengo ganas” …

En este sentido se engloban los tres aspectos importantes en el desarrollo personal, lo que yo debo hacer, lo que yo elijo hacer, y lo que yo deseo hacer. Estos tres puntos se desarrollan junto con otros aspectos de nuestra personalidad y nos muestran un camino a seguir, así como una manera de ver el mundo y vernos a nosotros mismos. En el artículo de la próxima semana hablaremos de cómo estos aspectos influyen también en la manera en que nos hablamos a nosotros mismos y como este diálogo puede aumentar o disminuir nuestra autoestima.

“No te sientas mal por ser egoísta, recuerda que el amor más valioso que puedes recibir es el propio”.  Krach Löwe.