MTF. Alfredo Arévalo
Dentro de la experiencia que he tenido dentro de la terapia familiar, he observado que el significado que le demos tanto a la relación como a la persona de papá y mamá, tiene un efecto emocional bastante caótico. Estas dos figuras son las más importantes dentro de la dinámica familiar, y su ausencia o daño, crean heridas que están presentes a lo largo de nuestra vida.
La teoría del apego de John Bowlby, es de las más importantes, pues dependiendo del tipo de apego podemos gestionar de mejor manera nuestras emociones o la manera de relacionarnos, nuestros miedos, la elección de pareja, nuestra seguridad y manera de expresarnos. Estas primeras sensaciones son importantes, y las desarrollamos en la infancia justamente con la relación que tenemos con papá y mamá.
Junto con esto, desde un enfoque narrativo le damos un significado a diversas situaciones que vivimos, teniendo una historia dominante, y si dentro de esa historia dominante está presente la idea de que uno o ambos padres no dieron suficiente amor, atención, existió maltrato, o abuso, este significado se volverá una carga muy grande.
Ya sea que existe alguno de los tipos de apego, ya sea el seguro que se caracteriza por la incondicionalidad: el niño sabe que su cuidador no va a fallarle. El ansioso y ambivalente donde “ambivalente” significa expresar emociones o sentimientos contrapuestos, lo cual, frecuentemente genera angustia. El evitativo donde los niños han asumido que no pueden contar con sus cuidadores, lo cual les provoca sufrimiento. O el desorganizado que es una mezcla entre el apego ansioso y el evitativo en que el niño presenta comportamientos contradictorios e inadecuados.
A esto le sumamos un significado negativo a la relación y a nuestros padres, el resultado será que habrá un cúmulo de emociones presentes cada momento que hablemos de esta persona, la cual se puede presentar como angustia, miedo, o enojo.
Las cargas que llevan las personas en relación a este tema difícilmente se pueden ver con un trabajo personal, pues al ser unas figuras de autoridad nuestra cabeza creara historias para “salvar” a esta persona importante para nosotros. Al preguntar a una chica que sufría violencia física por parte de su madre cuál es el significado de “Mamá”, ella mencionó que “es alguien que te protege, alguien que te da libertad, pero no tanta, alguien que nunca te va a lastimar”.
Este significado de mamá ella se lo daba a su abuela, quien ante sus ojos era quien merecía ese significado, no obstante, en su realidad su madre era otra, y al cuestionar sobre su significado ella mencionó “a ella la veo como mi hermana o mi amiga, alguien con quien en ocasiones e peleado y nos hemos pegado”.
De esta manera su cabeza no aceptaba que su mamá era causante de su dolor, para ella ese significado era muy importante y tenía que ver con el amor, por ello era incapaz de reconocerla de esa manera, no obstante, no podía afirmar que era una “mala madre” por haberla golpeado, por ello su significado se modificó para que fuera alguien menos importante o su igual y de esta manera no sentir culpa por haber pensado que era mala, o que no merecía el nombre de mamá.
Dentro de la terapia podemos resignificar las situaciones que hemos vivido y que nos han llevado a sentir y pensar en estos significados que hemos definido y que con el tiempo dieron forma a estas historias dominantes que nos impiden crecer o avanzar.
Es muy común que se presente este miedo a uno o ambos padres, y aun en la vida adulta se tienen la creencia de que se tiene que pedir “permiso” para seguir con sus vidas, en este aspecto es importante identificar que tipo de apego desarrollamos pues de esto dependerá que tengamos la habilidad para conseguir individualizarnos de la relación de la familia de origen y modificar los significados de la relación con nuestros padres, así como de lo que sentimos sobre mamá y papá.
“Un padre nunca ve envejecer a sus hijos, y a sus ojos siempre se aparecen como aquellos niños que un día le miraban con veneración, convencidos de que tenía las respuestas a todos los enigmas del universo”. Carlos Ruiz Zafón.