¿Conductas sexuales de riesgo en la adolescencia?

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MTF. Alfredo Arévalo

Todos hemos aprendido a controlar nuestros impulsos en algún momento de nuestra vida, no solo los impulsos sexuales, sino desde todas las necesidades que necesitamos cubrir, en este sentido interviene algo llamado estrategias o recursos  de afrontamiento que se tratan de las herramientas con las que cuenta la persona para afrontar situaciones conflictivas,

Los recursos o estrategias de afrontamiento, comprenden todas aquellas variables personales y sociales que permiten que las personas manejen las situaciones estresantes de manera más eficiente, lo que beneficia a la persona en conseguir una estabilidad emocional.

En este sentido estos recursos también pueden ayudar a regular otros aspectos como una cognición, una conducta, la propia fisiología y el entorno en respuesta a un evento o circunstancia estresante. Se trata de un proceso regulador en una serie de contextos que conllevan estrés.

Podemos entender entonces que los sujetos modulan sus emociones, consciente e inconscientemente para responder adecuadamente a demandas del entorno, de esta forma, la modulación que los sujetos hacen de sus emociones se da en varios niveles y regulan la intensidad, duración de la experiencia, y expresión de la emoción, teniendo un sentido funcional.

Así, problemas en la regulación emocional, además de una pobre conciencia emocional en la mediana infancia se asocian con un número más elevado de parejas sexuales, mayor frecuencia de conductas sexuales y mayores conductas sexuales de riesgo en la adolescencia. Además, hay estudios longitudinales en los que se observa cómo la regulación emocional constituye un factor predictor relevante sobre los niveles de riesgo sexual a lo largo de la adolescencia.

Una forma disfuncional

De esta manera observamos que los recursos de afrontamiento nos ayudan a obtener esta regulación emocional, pero ¿qué pasa si no se cuentan con los suficientes recursos?, pues se entra en la falsa idea que se puede obtener esta regulación por otros medios, en este sentido seria la sexualidad; pero pueden presentarse en muchas otras áreas y el resultado es el mismo, un desequilibrio emocional.

Existe la idea de que en la adolescencia se encuentra una dificultad en la regulación emocional, y es algo frecuente que para tratar de regular este descontrol emocional busquen un refugio en la utilización del sexo u otros comportamientos como el consumo de alcohol o sustancias para aliviar sus estados emocionales negativos, lo cual puede precipitar contactos sexuales desprotegidos.

En esta línea, aquellos adolescentes que emplearon el sexo como manera de regular las emociones negativas tenían mayor número de parejas sexuales exponiéndose más a enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados. Estos sujetos también participan más en potenciales actividades de riesgo como el intercambio de textos y fotos explícitas de contenido sexual de la propia persona, que después de analizar la situación se dan cuenta que se encuentran en un estado vulnerable debido a estas decisiones.

Podemos entender que la regulación emocional y sus dificultades se ven asociadas a conductas de riesgo en general, y también a conductas sexuales, pero también podemos poner el foco de atención sobre la manera en que los adolescentes afrontan sus emociones.

Una de las estrategias de afrontamiento consideradas poco adaptativas son las de evitación. Es decir, evitar hacer frente al problema, evadirse del mismo, negándolo o delegando su solución en factores externos. Los adolescentes que emplean esta clase de estrategias muestran menor bienestar psicológico y refieren estrategias relacionadas con la autoinculpación.

Este suele ser el caso, de personas con estilo de apego evitativo y pone de manifiesto el intento de sentirse mejor por medio de actividades que disminuyen el estrés, como puede ser la ingesta de alcohol; se trata de recursos de carácter evasivo en los cuales el adolescente no asume un rol activo.

En cambio, quienes mejor bienestar psicológico tienen emplean estrategias de afrontamiento activas, se concentran en la resolución del problema, buscan apoyo social y se fijan en lo positivo. Toman en cuenta diferentes puntos de vista para solucionar los problemas, mostrando flexibilidad cognitiva. Entre éstos se da una mayor búsqueda de apoyo social, lo que sirve de contención al joven para afrontar exitosamente las situaciones de la vida cotidiana y asumir menos riesgos.

En conclusión, tener sexo como manera de afrontar las “emociones negativas” o estados emocionales intensos se asocia con mayores conductas sexuales de riesgo. Además, realizar conductas arriesgadas tempranas, sobre todo si se tiene poco apoyo social, por ello es necesario poner atención en los adolescentes para poder identificar estas situaciones y brindar la ayuda oportuna.

“Hace falta, por supuesto, un mínimo control; pero también un mínimo descontrol”.  Raimon Panikkar.