¿Fragilidad?

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MTF. Alfredo Arévalo

En días anteriores estaba leyendo algo relacionado con alergias, en ese texto mencionaban que en Estados Unidos todas las escuelas tienen prohibido la venta o el incluir en los alimentos el maní (los cacahuates para nosotros), en este estudio explicaban cómo esta decisión se tomó a raíz de los altos índices de personas alérgicas a este alimento, y como una medida de protección.

En este punto se mencionaba que comenzaron a aparecer otro tipo de alergias, a diferentes semillas, frutas, o plantas; por lo que autoridades de salud comenzaron a cuestionarse si era necesario tomar la misma decisión que se tomó con el cacahuate en todos los demás productos para continuar protegiendo a la población de complicaciones derivadas de las alergias.

Ahora bien, dentro de nuestro desarrollo personal, podemos darnos cuenta que en ocasiones tomamos estas decisiones para protegernos de ciertas cosas o circunstancias que nos pueden dañar, sin embargo, no conseguimos hacerlo, y algunas veces pareciera que ahora nos dañan más, o más cosas y circunstancias.

En este sentido pasa lo mismo que en el texto que les comenté al principio, al protegernos de una cosa aparecen otras más que pueden dañarnos, por lo que en teoría nos volvemos más frágiles a estas situaciones. Actualmente hemos presenciado un cambio en la sociedad donde no solo se busca proteger su salud, sino sus opiniones, su comodidad, sus emociones, etc., no obstante, esto ha llegado a un extremo un tanto peligroso.

El concepto de seguridad se ha extendido no solo a lo físico sino a lo emocional, todas aquellas cosas que me hagan sentir mal, incluyendo ideas y comentarios, míos o de otras personas. Ya no solo buscamos no tener un accidente, por ejemplo, sino protegernos de todos aquellos que puedan tener una opinión que nos genere incomodidad emocional inaguantable.

En este sentido, existen un movimiento generacional, donde nos podemos dar cuenta de que se busca proteger excesivamente lo que pase alrededor, como en la película del Chico burbuja, que se busca proteger de todo lo que pueda pasar alrededor del niño y que le provoque algún daño; o en el capítulo de los Simpsons donde Homero se obsesiona por cuidar la seguridad de los niños.

Estas historias se fundamentan en un miedo real, donde se busca sobreproteger de lo que pueda “dañar”, incluyendo estas emociones, que dentro de este concepto se muestran como algo negativo, la tristeza, el miedo, la angustia, el estrés, etc., todo aquello que afecta la estabilidad emocional y que dentro de este concepto ampliado de seguridad, está dañando a las personas.

Estas son emociones que se tienen que vivir en algún momento, y esta idea de sobreproteger en realidad no consigue cuidar, sino limitar a las personas en alcanzar una idea falsa pues la seguridad absoluta es como buscar la perfección. Entonces lo que provoca es que se incremente la angustia de no poder mantener el control en todo lo que planean, y esta angustia provoca altos niveles de estrés, ansiedad o depresión.

El protegernos de lo que pasa a nuestro alrededor es algo bueno, pero no hay que perder el sentido del objetivo que se quiere conseguir, igual en la protección de los hijos, hay muchas cosas que deben de vivir por su cuenta, y el querer eliminar todas esas emociones que se consideran negativas dará como resultado adultos que no son capaces de manejar la frustración y tengan poca tolerancia.

“Proteger al individuo contra sí mismo cuando este no lo solicita es un abuso tiránico”.  Fernando Savater.