Plazuela Baca Ortiz, un lugar que no cambia

0
223
  • Gracias a su gente.
  • Personas de la tercera edad, gente de a sombrero, indígenas, boleros, “chirrines” y uno que otro vendedor, permanecen horas y horas y terminan por fusionarse con el lugar.

Alejandro Valencia / La Voz de Durango

No importa cuántos años pasen o cuántas remodelaciones pueda sufrir la Plazuela Baca Ortiz, ya que en pleno 2022 aún se puede ver el folklor tan característico que miles de duranguenses han presenciado en las últimas décadas, que es su gente, sus sonidos, sus olores y hasta sus sabores.

Cada día, desde muy temprano, la plancha de este espacio público se empieza a llenar de vida, principalmente por los miles de estudiantes, trabajadores, jubilados y más ciudadanos que se bajan de los diferentes camiones de colores que recorren cada rincón de la ciudad capital.

Sin embargo, también llegan otras unidades de transportes que son los famosos mixtos que viajan por varios poblados cercanos a la mancha urbana, con el mismo fin, que es llegar al corazón de la ciudad.

Al pasar las horas cuando el sol se coloca en el punto más alto en el cielo, la Plazuela Baca Ortiz termina por convertirse en ese lugar que transmite una sensación tan única debido a todo lo que el ciudadano puede ver.

Y es que, en gran parte de ese sitio tan emblemático con más de 200 años de historia, personas de la tercera edad, gente de a sombrero, indígenas, boleros, “chirrines” y uno que otro vendedor, permanecen horas y horas y terminan por fusionarse con la “plazuela”, para darle ese toque tan característico.

Uno de los puntos negativos que también se pueden comprobar es el vandalismo, los malos olores que pueden percibirse y en algunas ocasiones la basura que sus visitantes dejan a pesar de existir botes de basura, no obstante, al final eso queda de lado, pues es parte de esa esencia que transmite la Plazuela Baca Ortiz que fue construida en 1794.