Editorial: ¡A renovar bríos!

0
222

Por un momento, hay que pensar en Durango, lo que somos como un conglomerado social para avanzar hacia una sociedad más atendida y con servicios mejores. Se hizo mucho y puede mejorar notoriamente. Salum, se va como uno de los mejores alcaldes que ha tenido Durango en los últimos cuatro trienios, no es fácil ser alcalde de Durango, un municipio pobre, extenso, sin ingresos y en medio de una lucha tribal entre grupos que lejos de ayudar, han ocasionado el retraso y la corrupción que hemos padecido años.

Salum recompone, redirige, salva al municipio de la herencia ruinosa del Dr. José Ramón Enríquez; una administración descuidada, despilfarradora, corrupta, sucia e insolente. Hubo demandas que no avanzaron, porque el sistema de justicia es lento y medroso. Salum salva a la sociedad al renegociar una deuda caprichosa y lesiva por más de 800 millones de pesos por una compra ficticia de luminarias, mal que padece la ciudad y que inició Adán Soria Ramírez por favorecer a un contratista ventajoso. A su vez Enríquez firmó ese contrato a pagar por trienios que con intereses hubiera arruinado por decenios al municipio.

Termina la administración hoy y en su haber hay logros que poco se ven o se aplauden como: drenajes rehabilitados, agua potable en todo el municipio, iluminación, canchas deportivas rehabilitadas, maquinaria nueva totalmente pagada para que la ciudad haga obra con equipo propio, lo que no les gustó a los constructores locales, patrullas funcionando y casi son 200, más policías entrenados y equipados, equipo de cómputo que adecúa a las instalaciones municipales a nuevos tiempos. Hay trabajo sin duda, pero lo más útil es un sistema de agua moderno, con pozos nuevos y otros rehabilitados y agua para todos económica.

El trabajo de Salum y el de Aispuro tuvo la desfortuna de toparse con López Obrador como Presidente y la cancelación de un sinfín de programas sociales que afectó a Durango, porque aunque el gobierno de Durango no lo quiera mencionar por miedo, López Obrador odia a Durango y no lo va a apoyar con dinero.

Váyase Salum con una buena calificación social, no haga caso de las burlas y de los agoreros del desastre siempre en la envidia y el rencor y ahora recibamos a Antonio Ochoa, un muchacho limpio, que tendrá que demostrar de aquí para adelante un trabajo eficaz, con un gabinete trabajador y con un ideal que para Durango sea para dejar atrás y superar el ostracismo habitual, al ser un estado que poco recolecta en impuestos y poco paga, que siempre reclama mejores servicios, pero que no está dispuesto a pagarlos, que aunque duela decirlo, no somos como los regios, los torreonenses o los jaliscienses entendidos, que para buenas obras, el ciudadano debe manifestarse con sus contribuciones.