EDITORIAL: Nuestro festejo hoy, es con ustedes lectores.

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Los periódicos son empresas o comercios como la mayoría en un mercado que da y quita oportunidades y plantea variados desafíos, que nosotros, luego de 66 años de vida editorial y comercial, aceptamos como una misión única: servir a Durango.

Como todos saben, porque si algo saben los duranguenses es la historia de este periódico, es que no es un emporio, muchas veces las más, luchando en la escasez y en las dificultades que en las bonanzas.

LA VOZ DE DURANGO es junto con ustedes apreciados lectores, bendecidos duranguenses, un periódico de lucha por un mejor Durango. De raíces establecidas y no venidas de fuera, LA VOZ es una empresa duranguense más. Nacida aquí, donde cada peso y cada centavo que se invierte, se hace con gente y empresas de aquí. Nuestro ideal es la durangueñeidad como alguna vez la concibieron Héctor Palencia, Arrigo Cohen, Emiliano Hernández Camargo. Con el alma de aquellas luchas por nuestros ideales como la del Cerro del Mercado, como la industrialización que nunca llegó, como el bienestar que gozamos en familia, como conglomerado, conservando auténticas raíces provincianas. Hacemos honor a aquellos duranguenses que han escrito con letras de oro su nombre en nuestra historia, como usted lector y como tantos también, historias comunes, vidas al servicio de otros, en familia y con el máximo respeto a nuestras creencias y costumbres. Nos lo dijo el Papa Juan Pablo II en su visita a Durango en 1990, “el mayor tesoro de los mexicanos es la familia”. Así ha vivido LA VOZ DE DURANGO sus 66 años de vida editorial y comercial, bendiciendo nuestra durangueñeidad, conviviendo en familia y respetando las libertades de otros. Creyendo en Durango, en su prosperidad y porvenir, tan comprometida siempre, tan débil y frágil, desde que Francisco de Ibarra la bautizó como su Tierra.

Lo he dicho siempre: La VOZ DE DURANGO no es un periódico de ricos, es un periódico de principios, de ideales, con sentimientos duranguenses muy firmes. De aquí. Y por mi personal: editores, reporteros, fotógrafos, meto las manos al fuego. Ninguno cobra indebidamente en lugares gubernamentales por impulsar o callar o esconder historias, ni reciben regalos ni prebendas, sino viven en la medianía de su salario y de sus comisiones.

Aquí no hay embutes, ni empresas dentro de otras empresas, como sí abundan. Aquí lector, puede encontrar deficiencias pero no engaños, ni diatribas, calumnias u ofensas. Lo que publicamos se comprueba, se contrasta y se discute dentro de las normas de la buena fe y las buenas razones, con ética profesional. No contamos mentiras. no acusamos sin comprobación. LA VOZ DE DURANGO es un periódico serio, que no publica o publicita antros, venta de alcohol, ni eventos lesivos, no lastima a la sociedad con libertinajes y tampoco ofende para ganar un concurso de insultos.

No es fácil subsistir ahora que las redes sociales lo apabullan todo, no es fácil seguir compitiendo comercialmente cuando las raíces de la durangueñeidad se pierden y vienen otros filibusteros ofreciendo engaños y violencia. Esa no es la razón de nuestra existencia.

Festejamos 66 años de vida de esta empresa que ha visto pasar decenas de buenos duranguenses y crecer una hermosa ciudad y un estado próspero y estable a sabiendas que esto no es lo ideal. El festejo de LA VOZ hoy, es con ustedes lectores, que han estado con nosotros por mucho tiempo.