“Evangelizar para acercar a la gente a Dios”, misión del nuevo párroco de Catedral

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  • El padre César Astorga Guerra, refiere que este recinto es un espacio sagrado de historia, cultura, fe y muchos desafíos.

Rebeca Aguirre / La Voz de Durango

Acercar a la gente a Dios, a través de la evangelización, mediante la confianza, la amistad y la organización de grupos que compartan este apostolado, es la misión del sacerdote César Astorga Guerra, nuevo párroco de la Catedral Basílica Menor de la Inmaculada Concepción, quien afirma que la Arquidiócesis de Durango posee gran riqueza con parroquias rurales, gente noble, que vive de la tierra, lo cual implica retos, en un espacio sagrado de mucha historia, cultura, fe y muchos desafíos.

Precisó que “la Arquidiócesis para el presbiterio representa su Iglesia local, como un territorio determinado en el que uno se identifica y puede servir a Dios; la primera referencia que tiene uno como sacerdote es su Iglesia local, es un espacio para evangelizar, un espacio para encontrar a las personas y poder acercarlas a Dios”.

En la Catedral -refiere- existe una característica que se le llama comunidades flotantes, es decir, continuamente está en movimiento; no hay una identidad propia, el territorio es muy especial, en el que viven personas de tradición, familias de muchos años, pero como vemos el centro de la ciudad implica movimiento, negocios, locales, mercado, plaza, entonces es una comunidad de movimiento que quizá pasando por catedral buscan, confesarse, misa, hacer oración, visitar a un santo, dejar una ofrenda, limosna, reliquia, pedir la bendición, o hay quien busca consuelo.

QUIÉN ES EL PADRE CESAR

El párroco César Astorga Guerra nació en Gómez Palacio, Durango, tiene 39 años de edad, se ordenó en septiembre de 2013, ha ejercido su ministerio en cuatro lugares: fue vicario en la parroquia de Santa Elena de la Cruz en Río grande, Zacatecas.

Asimismo, formador de la Dimensión Humana en el Seminario Menor, de 2014 a 2918; en octubre de ese año, monseñor José Antonio Fernández Hurtado, arzobispo emérito, lo nombró párroco en el Amor Misericordioso de Jesús; y a partir del pasado jueves 7 de este mes, se desempeña como párroco de la Catedral Basílica Menor de la Inmaculada Concepción.

Relata que desde pequeño, en su parroquia en Gómez Palacio, donde tiene su casa paterna, se acercó a la Iglesia por invitación del sacerdote Gabriel Antúnez para ser monaguillo, le gustó el trato, la relación con la gente, ayudar en el altar, muchas veces por traviesos los corrieron -comenta entre risas-, además que la gente dudaba que llegaran a ser sacerdotes porque se la pasaban jugando, eso también ayudó mucho a que el señor cura les permitía estar cercanos a él, jugar, disfrutar de la Iglesia.

Al final su relación con Dios fue muy amena, noble, sencilla, una vocación bella, humana, muy de Dios, y a él siempre le ha gustado servir a la gente; ahora le toca estar al frente de la Catedral, “con muchas expectativas, con muchos miedos y temores por lo que implica este recinto sagrado; es prácticamente el centro de la Arquidiócesis y también donde mucha gente acude para buscar un servicio o sacramento, pero también para encontrar a Dios. “Esa es ahora mi responsabilidad, poder acercar a la gente a Dios”.