Por Omar García Rosales
La eterna disputa entre ver qué filme de superhéroes en la pantalla grande es mejor sigue siendo tema de discusión, pero todas estas adaptaciones le deben mucho Batman de Tim Burton la cual desde su estreno en cines ha dado y sigue causando debate entre los seguidores del caballero de la noche.
Sin lugar a dudas. tras el éxito que marcó la cinta de Superman de Richard Donner con la actuación del gran Christopher Reeve, el caballero oscuro buscó durante años colarse entre los éxitos de Hollywood y dejar en claro que el cine de superhéroes no es solo para un público en específico. Pero pronto descubrió que uno de sus grandes problemas era el que el público olvidara la imagen infantil y paródica de la serie de televisión protagonizada por Adam West en los años 60’s. Tras darle muchas vueltas al asunto y tras barajarse varios nombres los productores optaron por darle todo su apoyo a un muy joven Tim Burton para encargarse de dirigir lo que esperaban sería una posible cinta de comedia, ya que el peso de la serie protagonizada por Adam West y el reciente trabajo de Burton en Beetlejuice, no daba pie a dudas de que se trataría de una comedia.
Pero gracias a las obras de autores como Neal Adams, Marshall Rogers, Frank Miller y Alan Moore, que redefinían la manera de actuar de Batman en los cómics, Burton llevó el rumbo del protector de Gotham por un camino completamente distinto al que todos creían, presentándonos una versión muy oscura y regresando a los orígenes del personaje con la película Batman de 1989.
Esta cinta nos presentó a un Batman protagonizado por Michael Keaton, como un justiciero imparable, amenazador y de presencia imponente, el cual hace justicia a su trágica historia que es bien conocida en los cómics, teniendo como némesis a The Joker interpretado por Jack Nicholson, un villano lleno de energía, el cual nos muestra como lo divertido te puede llegar a matar al instante o simplemente matarte de la risa, convirtiéndose en la estrella de la cinta por mucho.
La película de Batman de 1989 logró desterrar al Batman amable y divertido que la serie animada nos presentó en Super Friends (Los Súper Amigos) y mandar al olvido a la serie de televisión de Adam West con un abrumador éxito de taquilla, además de convertirse en un fenómeno en la cultura pop sin precedentes aportando solidez y prestigio a las adaptaciones cinematográficas basadas en cómics, cosa que las actuales cintas de Marvel y DC Comics agradecen con creces.