- La violencia en los límites de Zacatecas ha afectado a la comunidad católica para realizar sus labores y luchar por la paz.
- El arzobispo, Faustino Armendáriz pidió a la ciudadanía seguir orando por la paz, la justicia y la reconciliación.
César Rodríguez / La Voz de Durango
Tras los hechos de sangre registrados el pasado lunes, donde lamentablemente dos sacerdotes y un civil perdieron la vida al interior de un templo de la localidad Cerocahui, Urique, en el estado de Chihuahua, el padre Noé Soto Valdez, vocero de la Arquidiócesis de Durango, manifestó la solidarización de la Iglesia con las familias afectadas.
Asimismo, puntualizó que la violencia que se vive a nivel nacional llegó a alcanzar todos los niveles, desde rubros empresariales, políticos y ahora eclesiásticos.
En ese sentido, señaló que los presbíteros no son ajenos a la grave inseguridad que se vive en algunos estados de la república, tal es el caso de Zacatecas, donde la violencia en los límites con Durango ha afectado a la comunidad católica para realizar sus labores y luchar por la paz.
“No podemos esperar que a través de buenos sentimientos se dé fin a la violencia, tenemos que ser enérgicos en la condena. Vamos a seguir llevando la paz y esperanza a la gente en los lugares donde la violencia se las ha arrebatado”, aseveró.
Por su parte, el arzobispo Faustino Armendáriz envió un mensaje de paz y unión a la ciudadanía: “La Arquidiócesis de Durango se une en oración por los hermanos sacerdotes asesinados en Chihuahua. y a la indignación por estos hechos lamentables, que afectan a todo nuestro pueblo por la violencia brutal. Sigamos orando y luchando por la paz, la justicia y la reconciliación”.