• Criminales, los mejores promotores del voto a favor de Morena. Por eso los cuidan
Miguel A. Rocha Valencia
Está comprobado que el crimen organizado resultó mejor y seguro promotor del voto de Morena en las pasadas elecciones locales y federales, que el reparto de dinero a manos llenas a través de los programas asistenciales.
Por eso, el ganso pasó toda la semana pasada recordándole a esos criminales, lo mismo traficantes de drogas, personas, armas y contrabando, que él está dispuesto a cuidarlos, a impedir que las fuerzas del orden incluyendo Guardia Nacional, soldados y marinos los persigan como se merecen. Por el contrario, de viva voz les ordena respetarlos y cuidarlos por ser seres humanos.
No importa que tengan al país –y gobiernos- en un puño, que todos los días asesinen un promedio de 80 personas, secuestren mujeres, desaparezcan a niños ni sojuzguen comunidades enteras impidiendo a sus habitantes huir. Tienen permiso para masacrar a policías estatales y municipales, políticos y todo “enemigo” desarmado siempre y cuando no sean de Morena.
Fue una semana donde conocimos de descuartizados, ajusticiamiento a plena luz de personas y funcionarios, de una violencia demencial donde los asesinos actuaron con toda impunidad. Siete días en que se reconoció que en este gobierno cuatroteísta se registran 120 mil asesinatos y más de 100 mil desaparecidos, incluyendo mujeres y niños.
Pero como diría el machuchón de Palacio Nacional: amor con amor se paga. Por eso tampoco importa que sus negocios ilícitos se tornen en empresas donde hay militares de alto rango que se vuelven facilitadores del tráfico de drogas, humano y armamentista. Son las fronteras y aduanas custodiadas por los funcionarios y uniformados de la 4T por donde circula todo eso, lo mismo que carreteras y caminos vecinales.
De ahí que también por eso estén autorizados para asesinar a uniformados de todo tipo y rango, de los cuales llevan más de 500 en lo que va del sexenio, pero, sobre todo, a participar en los procesos electorales donde son filmados secuestrando no sólo urnas sino también a candidatos y promotores de otros partidos.
Así sucedió en los estados de la costa del Pacífico donde quedaron gobernadores, presidentes municipales y legisladores identificados con Morena y sus aliados. Lo más notorio: Sonora, Colima, Nayarit, Sinaloa, Michoacán y Guerrero. En el centro, Estado de México, Oaxaca, Veracruz, Quintana Roo y Chiapas.
Vienen seis estados más y el mesías tropical los quiere controlar, no importa el precio, ya lo dijo: “nadie se escandalice d lo que haré para mantener el poder”. Con cinismo anuncia que cuidará de los grupos delincuenciales que lo apoyen a cambio de la impunidad de que hoy gozan que llega incluso a humillar el honor militar.
En todo el país reparte el dinero, pero esa estrategia no funcionó la elección pasada para lograr la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados federal, pero el terror, el imperio de las ramas si le sirvió para obtener gobiernos locales y sus congresos.
Ya vio que esa estrategia de apapacho a los grupos delincuenciales sí le funcionan, porque, además, no los necesita financiar, por el contrario, dicen.
No le importa que otros vean en México un narcoestado donde la corrupción y la violencia son parte de un gobierno fallido, incapaz de administrar un país que costará mucho trabajo reconstruir, claro si se logra sacar a la 4T del poder en el corto plazo.
Esa corrupción y violencia que el caudillo de Tepetitán prometió erradicar y que hoy nos dan sello internacional como país. El problema será cuando se quiera detener a ese crimen organizado infiltrado ya no sólo en los mandos civiles de los gobiernos federal, estatales y municipales sino también en las fuerzas armadas, autorizadas para “administrar” las empresas delincuenciales.
La apuesta del de Macuspana es muy alta y la vamos a pagar todos los mexicanos, incluso aquéllos que “convencidos” por las dádivas lo aceptan como líder. Crimen y militares empoderados en la vida pública del país, corrupción y violencia galopantes, pobreza, incapacidad, improvisación, caprichos y venganzas nos sumen en crisis y… miedo.