Opinión: Yo Campesino / Sin remedio

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  • El ganso quería el poder para destruir, sembrar odio y confrontar a mexicanos

Miguel A. Rocha Valencia

Está claro que el profeta de la 4T no va a rectificar nada de lo hecho hasta hoy a pesar que, desde una óptica “normal” y lógica, esté mal, no haya resultados positivos en ninguna área y con la siembra de odios y confrontación pretenderá sostener su “proyecto” a como dé lugar, incluyendo la violencia.

La escalada iniciada apenas meses atrás luego de los fracasos como gobierno y reflejados en consultas y votaciones, no lo convencieron de que el camino del éxito de su administración era equivocado, plagado de corrupción, abusos y retrocesos, salvo, como comenté en días pasados, esa fuera su estrategia para sostenerse en el poder.

Los efectos de sus no políticas públicas, se notan en una disminución de los apoyos populares efectivos contabilizados en urnas electorales desde aquélla consulta fallida con la cual pretendía llevar al cadalso a los ex presidentes para luego amnistiarlos en un acto de sublime generosidad.

Desde entonces la mayoría le dijo que no. Lo mismo sucedió en las intermedias federales y locales para rematar en la revocación de mandato y contrarreforma eléctrica. A sabiendas de eso, va con el tema electoral, apoya la campaña de “traidores a la patria” contra los opositores y aprueba el abuso de poder y corrupción de sus colaboradores, así como a persecución a periodistas, intelectuales e instituciones no sometidas.

Las votaciones disminuyen a pesar del incremento de las dádivas que de manera sostenida pretende hacer llegar a más personas bajo cualquier pretexto a costa de un presupuesto que no alcanza para una administración eficiente y que da muestra de deterioro. No alcanza tampoco para inversión y menos aún para pagos, tanto que hoy la deuda pública aumentó en tres billones de pesos y eso que este gobierno presume de no pedir prestado.

Los déficits públicos aumentan debido a la necedad de obras que como ya se vio, son de dudosa viabilidad financiera y de poca utilidad pública como el AIFA o desfasadas como Dos Bocas y peor aún, contrarias a la naturaleza como el trenecito Maya o el gigantesco adeudo de Pemex y las pérdidas y retroceso de la CFE.

Todo eso más el empobrecimiento del salario, el encarecimiento que no se habrá de contener con medidas demagógicas sin sustento económico-financiero donde se fortalezca la producción con los canales de comercialización que beneficien a los generadores de alimentos, esos a quienes se les da limosna con sembrando vida en vez de continuar programas de fomento a básicos y su acceso a mercados.

Una decisión contra lógica “normal” más, pero no se corrige, se parcha, la deuda se guarda bajo la alfombra y los conflictos se cubren con subsidios que tan sólo en las gasolinas serán más de 350 mil millones que después se absorberá con déficit el cual tan sólo por eso, llegará a más de billón 250 de pesos.

Y ojo, no se aplica a la deuda el aumento de otro medio punto en la FED que encarece el dólar y por lo tanto el encarecimiento del costo financiero de la deuda de México que ya supera el 54 por ciento del PIB nacional.

No vimos en el famoso pacto a los campesinos, a los productores temporaleros, esos que hacen su mejor esfuerzo en las peores condiciones y a quienes por “inviabilidad financiera” se les excluye del crédito, los apoyos a la comercialización y a cambio de dádivas se le deja al garete de los grandes comercializados e industriales, esos que si se vieron en la foto y que habrán de cobrar su “esfuerzo” con creces pues manipulan el mercado a su antojo.

Tampoco estuvieron los presuntos beneficiarios de la estrategia: los trabajadores, esos a quienes la 4T llevó a la miseria y a la pobreza alimentaria con sus políticas paternalistas y clientelares que les arrebató la dignidad del salario justo a cambio de una política incierta, de aumento en pesos que hoy pagan con inflación.

Ya se habla de que los efectos del famoso pacto se sentirán el próximo mes, otros que, a finales de año, pero lo cierto es que los precios no van a bajar.

Esa inflación que ya está dicho por los especialistas y aceptada por Banxico, no va a ceder; cuando mucho podrá fijarse en 6.67 por ciento general anual y la subyacente en casi seis por ciento, mientras que el “crecimiento” del PIB se revisó de nuevo a la baja y se ubica en 1.73 por ciento. Es decir, mal y de malas.

Pero lejos de rectificar el mesías tropical lo sostiene, arreciará la campaña de odio, de confrontación, de eso vive, un caldo de cultivo propicio para la violencia y la justificación de lo que nos falta por vivir ¡Aguas! Por lo pronto, con Luis Enrique Ramírez en Culiacán, ya son 34 periodista asesinados en la época del Ganso.