Celebra Durango a San Jorge Bendito; prevalece la devoción

0
279
  • Son 273 años de una fe que trasciende por generaciones al Patrono de la ciudad.

César Rodríguez / La Voz de Durango

El 23 de abril se festeja al Santo Patrono de la Ciudad de Durango, San Jorge Bendito, cuya imagen se encuentra en la Catedral Basílica menor y es venerada por el pueblo católico duranguense.

Tras dos años de pandemia del Covid-19, se espera que acudan miles de fieles devotos a su visita y pedir favores en su intercesión, acompañados de una medalla alusiva y una vela, la cual encienden al acercarse a la imagen, así lo informó el padre Noé Soto Valdez, vocero de la Arquidiócesis.

Puntualizó el ya conocido el verso u oración que se compuso “San Jorge Bendito, amarra tus animalitos con un cordón bendito”, que tiene el fin de pedirle por la salud de los allegados, para mantenerlos fuera del alcance de los animales ponzoñosos, en este caso el alacrán, especie que distingue a Durango.

Por otro lado, indicó que serán alrededor de 40 comerciantes que se instalarán afuera de la Catedral Basílica Menor, en un horario de 08:30 a 21: 00 horas.

Quienes ofrecerán flores, lazos, comida, bebida, dulces, artículos religiosos, entre otros, además de cumplir con todos los requisitos sanitarios.

HISTORIA

Cuenta la historia que por el año 290 de la era cristiana, el emperador Diocesano tenía su ejército y entre sus soldados figuraba un joven llamado Jorge, quien era un ferviente creyente, amante de su religión católica.

Se estima que en la ciudad de Durango, llega esta devoción desde 1749, con el Obispo Pedro Anselmo Sánchez de Tagle, mismo que mandó esculpir una imagen en madera estofada, policromada y encarnada, donde lucía San Jorge en un brioso caballo, y bajo los pies del equino a un dragón, símbolo del mal.

Ese mismo año, el Obispo Sánchez de Tagle, nombra a San Jorge como Santo Patrono de la Ciudad de Durango. La desesperación del pueblo por el alto índice de picaduras de alacrán, optó por creer fielmente en la intercesión de San Jorge.

Y es que en esos tiempos no existía medicamento alguno que pudiera revertir el veneno del alacrán; de tal manera que quien era picado por este arácnido, moría irremediablemente.

50 AÑOS DE DEVOCIÓN

Por su parte, Isabel Vélez, mencionó lleva más de 50 años de fiel devoción al Santo Patrono de la Ciudad de Durango, creencia que fue transmitida por su madre.

Recordó que ella acudía desde que era una niña al templo de la Catedral con ramo de flores y una vela para rezarle su oración y pedir por la salud y evitar ser víctima de la picadura de alacranes y arañas.

“Vamos a venir temprano para evitar tanta gente en las iglesias, estos dos años de pandemia rezamos desde casa pero ahora si vamos a acudir”, comentó.