El corredor Constitución ambientó la historia de amor y tragedia del emblemático personaje duranguense.
Por Juan José Nava / La Voz de Durango
A la luz de la noche, entre focos neón y un ambiente de misterio con fondos fríos blanquecinos, el Centro Artístico Analco (CAA) a través de su cuerpo de talentos, llevó a cabo la narración teatralizada y de baile de la Leyenda de la Monja de Luna de Catedral, personaje emblemático de la cultura duranguense, que ante propios y extraños, desentrañó una romántica y trágica historia de amor.
Bajo la narración poética de Juan Pablo Ayón y con las participaciones de los actores-bailarines Daniela Galván y César Ortiz, los protagonistas combinaron su talento para dar vida a esta leyenda tradicional conocida como por ser una las más famosas de la ciudad.
Fue durante el ocaso del sábado 9 de abril, justo a un costado de la Catedral de Durango, cuando dio arranque la representación de la historia de la monja religiosa Beatriz, quien por azares del destino y sin tenerlo planeado, rompió sus votos de castidad al enamorarse de un joven oficial francés de nombre Fernando, quien cortejó a la dama y con quien vivió momentos de excelsa felicidad, antes de emprender abandonar Durango y emprender batalla contra los enemigos de la Intervención Francesa comandada en aquél entonces por Napoleón III.
Según cita la leyenda, se dice que la Monja subía por las noches al campanario de la Catedral esperando el retorno de su amor. Sin embargo, la espera no duraría para siempre, y en su desespero, se habla de que la monja se arrojó desde lo alto del edificio religioso hasta ser encontrada muerta en el atrio.
Se dice también que durante las noches, se puede ver una silueta de una mujer vestida de blanco en la torre oriente de la iglesia. Muchos aseveran que se trata del espíritu de Beatriz.