- ¿Quién no recuerda este emblemático lugar?
- Durante un siglo ha permanecido como un establecimiento comercial que se adapta a las nuevas necesidades de los consumidores.
- Como agradecimiento al público realizan exhibición de herramientas de papelería.
Rosy Gaucín/La Voz de Durango
Diferentes hechos sociales han transcurrido los últimos los últimos 100 años en la capital del estado, tiempo en que permanece vigente uno de los establecimientos más emblemáticos de la ciudad de Durango: la Papelería Saracho, ¿quién no recuerda de niño haber ido a comprar algunos artículos, previo al regreso a ciclo escolar?
El pasado 21 de octubre este establecimiento comercial que durante décadas ha sido generador de empleos, celebró sus 100 años de fundación como lo relata Teresa Saracho, nieta del fundador de esta empresa duranguense.
CÓMO NACE LA PAPELERÍA
Fue en octubre de 1921 fue cuando se cristaliza el proyecto del emprendedor José L. Saracho Irazoqui, que inicia la operación de la empresa denominada La Papelería, y que ahora es parte de la tradición comercial duranguense.
En la actualidad, ocupa el local marcado con el número 611 Poniente de la calle 5 Febrero pero, en un inicio se ubicó en la esquina que forman las calles Juárez y 20 de Noviembre.
Desde ese entonces la visión de un empresario innovador como José L. Saracho Irazoqui, colocó a esta negociación como la única distribuidora de toda clase de papel, libretas, así como las famosas tintas y tinteros indispensables para la escritura en esa época, ya que no se tenían los adelantos y variedad de plumas con los que se cuenta en estos días.
Como parte del servicio y de los productos que ofrecía La Papelería, se destacan toda clase de impresos con la más alta tecnología de aquella época.
La enorme demanda de estos productos llevó a Saracho Irazoqui a trasladarse a nuevo local, seis años después, con la finalidad de ofrecer un mejor servicio y atención a los consumidores.
AMPLÍAN LÍNEA DE PRODUCTOS
Es así como en 1927 se estableció en el local de 5 de Febrero y Constitución donde hoy se encuentra una tienda departamental, introduciendo la venta de los artículos fotográficos de la marca Agfa (para posteriormente pasar a la marca kodak) con la venta de rollo, papel fotográfico, químicos y el servicio de revelado.
El 14 de noviembre de 1948 y después de haber dirigido durante casi 30 años los destinos de esta empresa fallece José L. Saracho Irazoqui, sin duda fue una pérdida irreparable para su familia y para el comercio duranguense.
Es así como su esposa Rebeca Gavilán, queda al frente de la papelería y en la administración su hijo Jaime y Gloria que trabajó durante 11 años. En ese momento, la familia decide cambiar el nombre de la empresa por Papelería Saracho, S..A.
SIEMPRE INNOVANDO
Con el mismo afán innovador y creativo de su padre, Jaime Saracho Gavilán, decide una vez más, el cambio de domicilio para ubicarlo en el local en el que se había desarrollado el Banco General de Durango y que es el que ocupa en la actualidad, con mayor espacio y modernidad se ampliaron las líneas de productos que se comercializaban agregando copias fotostáticas, artículos de dibujo y arquitectura, línea de regalos, material didáctico, café internet e impresiones.
A lo largo de un siglo, la Papelería Saracho S.A., ha sido fuente de empleo para un sinnúmero de trabajadores a los que se les reconoce su colaboración en el desarrollo de este proyecto.
El señor Jaime Saracho Gavilán, después de estar al frente del negocio durante más de 50 años al fallecer en 1997, se quedan al frente del negocio su hija Teresa Saracho y su esposo Jorge Núñez, hasta el día de hoy.
PESE A TODO CONTINÚAN
Teresa Saracho, comenta que la Papelería Saracho, pese a todo, ha continuado, pues recuerda que les ha tocado sobrevivir situaciones difíciles, los últimos 25 años, como fue el cierre por la remodelación de banquetas para meter el cableado, cuando se cerró la calle Constitución, cuando se tiró el edificio donde se encontraba Sears, cuando remodelaron la Plaza de Armas y no hubo apoyos y eso afectó las ventas, pues con un día de cierre, se vende la mitad.
“Nosotros decíamos, no vamos a sobrevivir, pero aquí estamos, y la pandemia, una afectación para todos, no hubo entrada el año pasado y ya habíamos comprado el material escolar, pero aquí seguimos gracias a Dios, y a medida que se reactiva la economía empieza a haber una luz en el camino”, menciona.
Para los próximos años, lo que viene para este negocio duranguense, es el seguir trabajando como hasta ahora se ha hecho con calidad, con buenos precios y estar a la vanguardia de lo que va a saliendo, en general el dar un buen servicio es la clave para que la gente regrese.
AGRADECEN A DURANGUENSES
La celebración por estos 100 años de permanencia de este establecimiento, no han pasado desapercibidos para los propietarios y en muestra de agradecimiento llevan a cabo una exhibición de cámaras de fotografía, y algunos tinteros, los que vale la pena apreciar.
