El Ciudadano K: Durango no produce nada ni aporta, gasta mucho y es víctima de una clase política ladrona.

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Por: Juan Nava Stenner

  • El nuevo gobernante, vendría a hacer negocios con su grupo político, no a desarrollar Durango.
  • Ningún aspirante a Gobernador está libre de suspicacia o desconfianza popular.

En medio de una guerra de encuestas; algunas serias, pero la mayoría de dudosa calidad y tendencia clara, aparecen los primeros nombres de aspirantes a suceder a José Rosas Aispuro, actual gobernador. El proceso electoral local de 2022 no depara una total claridad de rumbo y despejado horizonte para un Durango que busca un mejor futuro para las generaciones venideras.

Con la economía local desvencijada por la pandemia y la poca participación de una iniciativa privada dormida y el total desdén de la federación, Durango afronta una dura realidad: no produce nada, no aporta al PIB, gasta mucho, y su clase política, es ladrona por excelencia.

Más: la iniciativa privada es inexistente, síntoma que el duranguense no es emprendedor sino que vive para burocratizar la mano de obra y burocratizar los negocios. La misma integración de los organismos cúpula (Canaco, Coparmex, Canacintra, etc.) es de corte quietista. No invierte. Sus dirigentes no son empresarios sino dueños de mini changarros o simples gerentes, administradores, representantes de los empresarios locales, cuyas carteras son limitadas.

Crudo, sí, el futuro de Durango no se ve prometedor.

La inversión foránea en servicios mayoritariamente nos ha llenado de tiendas de consumo: súpers, refaccionarias, restaurantes de comida rápida, mercerías, llanteras, ferreterías, centros comerciales, lo que ha favorecido el empleo de bajo salario y ha inhibido la inversión local que también no es abundante.

Los grandes proyectos de inversión de gente de Durango, van acompasados con la clase política, reciben favores, son socios, o los gobernadores inciden en la toma de decisión. El Hampton es muestra de ello. Los varios y ostentosos edificios de departamentos u oficinas, están parados, necesitan a los políticos para desarrollarse y Aispuro no fue comparsa de ellos.

El régimen estatal anterior a Aispuro dejó decenas de multimillonarios que ahora andan amparados contra la acción de la ley, acusados de desvío de dinero público federal y estatal. Ya nadie parece acordarse de ello.

Otros inversores notorios que tiene Durango, son los narcos, compran terrenos, locales, residencias, automóviles y nos hemos acostumbrado a ellos. Hasta se han mezclado con la sociedad, se mimetizan de decencia, aunque todo mundo sabe quiénes son y dónde están. Todos, menos las autoridades.

El siguiente gobernador de Durango, no viene a hacer trabajo de desarrollo para su estado, a solucionar carencias, a trabajar por su ciudad, su estado, su gente. ¡No!, viene a hacer negocios con su grupo político. Tranzas, raterías. Es una continuidad de lo que ha sido el gobierno del estado desde Ismael a la actualidad, multiplicándose con Herrera Caldera y continuando con Aispuro. Solo los amigos, los conocidos, los preferentes desarrollan, crecen, son impunes. Por eso la guerra mediática es diaria, la guerra de encuestas se suma a los comentarios vertidos en redes y escenarios públicos, por eso la aparición de nuevos grupos, de periodistas que insisten en sus “gallos”, aunque los gallos sean fantoches, bravucones, de cuentas rendidas dudosas, buenos para la hablada, pero nulos en sentido común. Se creen dioses, hacedores, inteligentes, inflados por la publicidad, avariciosos, codiciosos, ceros a la izquierda de la conveniencia social. La “opinología “local es convenenciera, no hay seriedad en su compromiso por Durango.

Es preocupante, el grosor que mantiene el gobierno del estado y las presidencias municipales en el monto de las nóminas. Se insiste en que ya no hay dinero para solventar tanto gasto, tanta burocracia y con la crisis económica del país y la nula participación en la economía, Durango no tiene otra salida, más que vivir de la inversión de servicios foránea, las remesas y el poco movimiento que genera el gobierno.