Ve-lez vida y nutrición

Por: Andrea Vélez Ríos

Hola mis queridos lectores ¿Cómo se encuentran con estas lluvias?, Recuerden consumir mucha vitamina C para estos tiempos de lluvias, no nos den resfriados. En esta edición les compartiré un tema que estoy segura a muchos les va a interesar. Y voy a tocar el tema de porque a veces no podemos o no queremos seguir con una dieta o plan alimenticio.

Desde que vamos con el nutriólogo o pensamos en ir, una de las cosas que se nos vienen a la mente con la palabra dieta es que deben de consumir menos cosas, dejar de comer cierto tipo de alimentos, que son puras ensaladas y verduras, no comer tortillas, dejar el pan, etc., y cuando vamos con el nutriólogo venimos todos decididos a cambiar nuestros hábitos, pero pasa algo cuando regresamos a nuestra consulta de valoración, bajamos muy poco o nos mantenemos, a veces subimos de peso. Y lo primero que decimos es que si hice la dieta como me dijo, no comí cosas que no debía y quizás es mentira por no querer ser honestos tanto consigo mismos como al igual con el nutriólogo. ¿Pero quizás es eso o hay otras cosas o factores?, platicando con la psicología Karina Rodríguez, me dio su punto de vista de este tema. Son varias situaciones la primera la relación que establecemos con los alimentos, en México tenemos un consuelo con los alimentos, dichos que hablan de Las penas con pan son buenas, si te asustas te dan un pan, una buena mujer es considerada aquella que tiene comida para ofrecer. Vinculamos los alimentos con el amor, muchas veces también evadimos cosas o problemas en situaciones y lo resolvemos con comida, nos enseñan que en situaciones desagradables se pueden resolver con comida: por ejemplo, en una sala de un hospital estaban varias personas entre ellas una mamá con su bebé, de repente el niño llora y la mamá necesita consolarlo (ya que empiezan las miradas de callen a ese bebé, cálmenlo etc.) y que pasa la mama saca la teta y se la da, no la quiere y vuelve hacer un intento hasta que lo logra, muchas de las veces y más en México queremos resolver a veces ,los problemas con alimentos.

Una persona que tiene sobrepeso, es una persona que con mayor o menor medida está desarrollando una adicción a los alimentos por cierto tipo de alimentos, lo usa para evadir, por placer, para sentirse bien, lo comen para no experimentar emociones no desagradables. Este tipo de personas comen lo que se les antoja, la cantidad y cuando quieran o cuando tengan malestar de restricción, quieren engañar al nutricionista o al terapeuta y empiezan con pensamientos de lastima. Hay que tener conciencia de las enfermedades que pueden provocarse debido al exceso, vivimos nuestra vida sin conciencia, solamente automatizados. Muchas veces las personas toman el medicamento o siguen la dieta solamente porque el medico se lo dijo, pero no porque estamos convencidos de cambiar estilo de vida donde buscan placer de comer, enfrentar situaciones emocionales, y muchas de las veces se lo dejan todo al médico o a la persona que les está ayudando, y no adquieren un compromiso de aceptación y no poner nada de su parte, llegan con el personal de salud que lo va a tratar y lo dejan como responsabilidad de curar a la persona, responsable de lo que la persona haga, buscan medicamento o pastilla mágica para que se resuelvan las cosas más fácil y rápidamente; para comer lo que quieran y estar delgados y saludables, sin poner nada de su parte. Una de las cosas que debemos de enfrentar o se debe de enfrentar es la cotidianidad, aprender a resolver problemas de manera saludables, y responsabilizarse de nuestras acciones.

Entonces que pasa empiezan a poner pretextos por falta de compromisos, por falta de aceptación de la realidad y porque se les responsabiliza de todo al nutricionista. Entonces quiero bajar de peso rápido, pero no quiero dejar de comer y si no bajo de peso rápido: ¡No sé qué paso!, ponemos pretextos, se mienten “lo que estoy haciendo”, “es que yo ya puse de mi parte”, “yo ya trabaje”, “me esforcé mucho esta semana o estos 15 días” y me merezco este premio. Muchas veces viene esto desde pequeños, que nos van premiando por hacer bien las tareas, calificaciones, etc.

Entonces debemos hacernos y hacer consiente al paciente de que quiere hacer para cambiar esas pequeñas cosas que no le permiten comprometerse consigo mismos. El problema sabemos cuál es y queremos hacer algo, pero no queremos enfrentar esa parte que no nos deja, por eso es muy importante la relación entre paciente-psicólogo y nutriólogo, para apoyar al 100% al paciente y logre sus propósitos. Y aceptar que no es una cura mágica de un día a otro, es un proceso el cual lleva su tiempo para sanar cosas y pleitos que muchas de las veces tenemos con la comida. Gracias por el apoyo Karina Rodríguez, es siempre un 80-70 % la disponibilidad y responsabilidad del paciente y el otro 20 o 30% es de nosotros los responsables del área de la salud. Les agradezco y nos leemos la próxima semana.

 

 

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