MTF. Alfredo Arévalo
Hemos vivido muchos cambios en nuestra manera de comunicarnos, los medios digitales llegaron como una novedad para desplazar algunas de los medios que empleábamos anteriormente, parte de esta transición se vivió en la literatura pues pasamos de buscar libros físicos a Ebook o PDF, no obstante, este cambio no es obligado, pues en este sentido yo prefiero tener los libros en físico, sin asumir que son mejores solo es mi preferencia personal.
Así como este cambio se han presentado otros dentro de la comunicación oral, recuerdo escuchar historias de mi abuelo y de mis padres o hermanos cuando era niño, y ahora veo como han sido cambiados por podcast; este cambio ha sido paulatino y no se ha percibido de manera violenta, pero si analizamos a fondo podemos ver que se perdió algo, pues, aunque haya más medios para comunicar, en la actualidad comunicamos menos, o cosas menos relevantes.
El interés por escribir este artículo esta precisamente en ese punto, pues los cuentos formaban parte de una tradición oral, que servía para transmitir vivencias de la familia, de la persona, o de personajes ficticios que proporcionaban alguna enseñanza, pero todo se enfocaba en la experiencia de otros para resolver cierto problema, y esto era inculcado desde niños por medio de estas historias.
Cuentos e historias infantiles
El cambio se presenta también en el tipo de historias que se comparten, en un tiempo se hablaba de situaciones mágicas con personaje igualmente fantásticos, a los que se les otorga un “don” para conseguir su destino. Estos personajes, caían en estereotipos que enfrentaban el bien y el mal, y en ese camino lograban representar diferentes estados emocionales que al niño pequeño le hubieran resultado complicados de reconocer en una misma persona.
La mayoría de los cuentos comparten una estructura, en general las historias que podemos ver en cine o televisión comparten esa misma estructura; en ella encontramos una pérdida o conflicto que el protagonista tiene que enfrentar, y a lo largo del desarrollo del cuento se presentaran aliados y enemigos; la trama del cuento lo lleva a librar obstáculos y desarrollar fortalezas y habilidades, todo para llegar a un punto de inflexión, donde el protagonista tiene que decidir entre situaciones que lo pueden llevar a perder su objetivo.
Todo este proceso tiene un fin, pues por medio de la imaginación el niño se logra identificar con los personajes, y reconoce junto con ellos sentimientos como el miedo, la alegría, el valor, la frustración, etc… sentimientos que luego podrá ser capaz de reconocer en los demás y en sí mismo. En la infancia los personajes mágicos y los cuentos facilitan el contacto con los miedos y los sueños no expresados, y de esta forma permiten elaborar una resolución positiva a la que el niño por sí solo no es capaz de llegar o su entorno no le puede proporcionar.
Lo simbólico
Para Jung las representaciones de los mitos, leyendas y cuentos son arquetipos compartidos, son continuidades simbólicas surgidas del inconsciente; cada época las transforma de acuerdo a su realidad, pero sus significados y contenidos permanecen presuntamente invariables; pero pueden presentarse algunas variaciones en los significados debido a una sugestión en masa, por ejemplo, debido a la pandemia se han modificado los hábitos de limpieza y el contacto con los demás, y ese modelo de conducta tardara mucho tiempo en reestructurarse nuevamente; pues al momento de integrarse estos contenidos irán luego apareciendo a través de la imaginación creando juegos, dibujos o cuentos y narraciones propias (o sueños).
Hay que recordar que todo lo asumimos de una manera subjetiva, y es diferente la percepción tuya a la de otra persona, pero aun cuando el significado cambie, las representaciones simbólicas están presentes en nuestro día a día. Para los niños es más sencillo elegir los cuentos, más si el personaje comparte algo con ellos que facilite una conexión, porque lo ven como un cachito de su historia representada, por ello a cierta edad repiten una película varias veces.
Esta idea es muy general, pero adquiere otro significado si la historia la cuenta alguien querido o admirado por el pequeño, este cambia de ser una historia a algo más íntimo y el significado tiene mayor influencia, pues a lo largo de la historia se siente acompañado por esta persona que los ama y los cuida a cada paso. Por ello es recomendable retomar esta parte de la tradición oral, pues fortalecerá el vínculo familiar y al mismo tiempo estará enseñando al niño emociones, fortalezas y cambio.
“Los cuentos de hadas superan la realidad no porque nos digan que los dragones existen, sino porque nos dicen que pueden ser vencidos”. Gilbert Keith Chesterton.
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