PSICObienestar: ¿Qué sucede con los adolescentes ante la pandemia?

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Por María Teresa Aguirre

A petición de mis lectores, en esta ocasión hablaré de los adolescentes. Actualmente, como sociedad nos estamos enfrentando a una fuerte situación con los hijos adolescentes, a quienes les ha tocado vivir esta pandemia desde casa.  Esta generación de chicos, de entre once y dieciocho años, que por su necesidad de “socialización” estaban acostumbrados a salir, ver a sus amigos, ir al cine, a comer, a pasear, incluso a viajar, practicar un deporte, celebrar su cumpleaños, ir a la escuela o universidad y de repente un día todo se detuvo.

Al inicio fue de cierta manera cómoda la situación para ellos, al no tener que ir a la escuela y a las clases extracurriculares, no había necesidad de levantarse temprano, solo conectarse a un dispositivo, en los casos de quienes ya manejaban ciertas plataformas, quienes no, pues solamente seguir indicaciones de trabajos y tareas que les enviaban sus maestros. Así pasó el tiempo, las vacaciones y muchos de ellos empezaron a tener clases en línea. En un par de meses, se dio por finalizado el ciclo escolar, pero ¿qué pasó con estos chicos y su cierre de año escolar? No hubo acto académico o graduación en el caso de universidades, no hubo un fin y una despedida, simplemente terminaron y a continuar con lo que sigue.

Llegaron las vacaciones, no pudieron ir a ese tan esperado viaje o a ese intercambio.

Ingenuamente se pensó que en agosto se podría tener un regreso a clases con su “sana distancia”. Sin embargo, esto no fue posible y el inicio fue de nuevo en plataformas virtuales desde casa y con más carga académica.  Los docentes comenzaron a dejar más trabajos y proyectos fuera de lo normal, ante la necesidad de formar estudiantes universitarios o alumnos de secundaria y preparatoria.  Se empezó a observar el estrés en esta población, el enojo, incluso ira, ante sus padres o maestros, además de lo que les sigue ocasionando el encierro: tristeza, depresión, angustia, preocupación, etc.

Los padres que han acudido a mi consulta, refieren la preocupante conducta de sus hijos, especialmente la rebeldía, el enojo, el hecho de retar a la autoridad, ya sean los padres o maestros, el ponerse al tú por tú con sus padres, el salirse a la calle sin permiso, no importando la pandemia, chicos que estando enojados han llegado a soltar golpes a sus papás, incluso a pegarles.  Son situaciones que se han salido de control y razón por la cual estos padres buscan mi ayuda.  También se ha suscitado en esta población los “ataques de ansiedad” mencionados en mi escrito anterior, los cuales, debido a la gran carga académica y el hecho de no socializar y no poder salir, provoca en los adolescentes esta difícil situación, por lo que acuden también a mi consulta con un fuerte grado de ansiedad y en ocasiones, depresión.

Por otro lado, estamos ante una situación que el tiempo en los dispositivos está sustituyendo a la atención parental.  Hay quienes pasan el tiempo en redes sociales y sobre todo jugando videojuegos sin supervisión, muchos de estos son violentos, por lo que, al jugarlos, provocan violencia tanto en niños como en adolescentes.  No hay un tiempo límite para pasar el rato jugando y los papás no saben lo que pueden provocar este tipo de juegos, simplemente los dejan pasar el rato, por la razón de que no pueden salir y atenderlos como se debe.

¿Qué podemos hacer ante esta situación como padres? Primero que nada, abrir bien los ojos y aceptar la situación que estamos viviendo con los hijos, es muy fácil decir “esto no me está pasando a mí” o justificar el comportamiento de los hijos, pero, ¿realmente es justificable el hecho de que se enfurezca tanto y me quiera pegar? o ¿qué me falte al respeto o insulte y no le importe en lo absoluto lo que me haga sentir?  En efecto, como padres nos cegamos ante este comportamiento de los hijos, pero mi pregunta aquí es: ¿qué va a hacer tu hijo o cómo se va a comportar en unos años más, cuando sea mayor?  Es muy importante detener esta situación ya, no esperar a que pase la pandemia o que los hijos crezcan.  Recuerden que, aunque la infancia en los hijos es una etapa muy importante, también lo es la adolescencia.

Otro punto esencial es escuchar a los hijos, si ustedes le preguntaran al azar a los adolescentes que cuál es su mayor necesidad, se sorprenderían con la respuesta: “ser escuchados”.  En esta etapa tienen una gran necesidad de que alguien los escuche, los entienda, los comprenda.  Me dirán, yo le pregunto a mi hijo que como está y solo me contesta con un “bien”.  Pues eso no es escuchar, es cuestionar. Hacerlo significa, dejar a un lado el celular, la televisión y hablar con los hijos de cómo nos va en el trabajo, cómo nos sentimos, sean cosas positivas o no, hacerles ver que nosotros también compartimos nuestro sentir con ellos.  Normalmente los padres solo esperan que los hijos platiquen de sus cosas, pero ellos no hablan de las suyas.  En el momento que lo hagan, los hijos se darán cuenta que ustedes confían en ellos y de la misma manera ellos lo harán con ustedes.

Otro punto, pero no menos importante, es observar a los hijos, estar al pendiente de sus conductas y actitudes, así como emociones y estados de ánimo.  Cualquier situación que vean que no es normal en sus hijos, de inmediato atenderlos, ya sea con un psicoterapeuta o con alguien de confianza, pero no dejarlo pasar.  Recuerden que estamos formando adultos y en un futuro ellos serán responsables de sí mismos.

Si estás pasando por una situación similar y necesitas ayuda, no olvides buscarla.

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