Palabra Dominical por el arzobispo Faustino Armendáriz

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III Domingo Ordinario

El llamado de JESUS: ¡Conviértanse!

Mc 1, 14-20

En este Domingo de la Palabra de Dios, el Evangelio nos presenta los inicios del ministerio de Jesús, san Marcos, nos deja muy claro la circunstancia de este comienzo: ‘Después de que arrestaron a Juan el Bautista’ Nosotros estamos acostumbrados a ver a Jesús de manera demasiado divina, como si supiese perfectamente lo que debe hacer en cada instante. Pero es muy probable que Dios Padre le hablase igual que a nosotros, a través de los acontecimientos. En este caso, la desaparición de Juan Bautista y la necesidad de llenar su vacío mueven a Jesús, a actuar. Creo que esta es la primera enseñanza de este Evangelio: aprender a discernir los signos de los tiempos, esta semana han pasado diferentes situaciones en la vida de cada uno de nosotros, ¿Cómo debemos leerlos? ¿Qué me esta diciendo Dios con ellos? Un acontecimiento violento como lo fue el arresto de Juan Bautista, llevo a Jesús a comenzar su misión, así cada situación que vivimos es una invitación de Dios a actuar.

El ministerio de Jesús empezó con la proclamación de un Mensaje: ‘… conviértanse y crean en el Evangelio’. Este mensaje fuera de su contexto es difícil entenderlo y muy fácil cambiar su sentido. Es por eso que, inmediatamente después de presentar el mensaje se nos cuenta como Jesús llama a sus primeros discípulos, san Marcos narra como Jesús iba por los caminos del mundo buscando a la gente donde vivía cotidianamente, donde trabajan, y allí es donde el mensaje cobra sentido. Al igual que aquellos hombres que trabajaban y se desarrollaban en un ambiente determinado ‘a la orilla del lago de Galilea’, también nosotros, en medio del ambiente propio del siglo XXI, nos desarrollamos y asumimos diversos roles. Allí es donde el Mensaje de Jesús cobra sentido. ‘Convertirse’ implica un cambio, hacer lo mismo pero diferente. Ellos eran pescadores ordinarios, pero si toman de decisión de seguir a Jesús, es decir ‘creer en Él’ podrán llegar a ser ‘pescadores de hombres’ lo mismo pero esencialmente diferente.

Así también hoy nuestra sociedad enfoca todas sus fuerzas y recursos en trabajar buscando una forma de vida digna y plena, todos llevamos en nuestro corazón sueños y aspiraciones, los cuales cada mañana buscamos alcanzar en nuestras actividades cotidianas. Hombres y mujeres a lo largo y ancho de nuestras ciudades cada mañana acuden a sus trabajos para poder alcanzar un poco de bienestar. La economía de mercado en la cual vivimos nos ha enseñado a esforzarnos por adquirir los bines y servicios necesarios para vivir. En esta situación es donde la invitación de Jesús se actualiza. ‘convertirse’ debe entenderse como un cambio de criterios, hacer los mismo pero diferente. Un cambio, en donde JESUS sea el centro de mi vida; donde El marque la diferencia entre el antes y el ahora.

Esta mística del Reino consiste en creer en Jesús, en ir detrás de Él, aprendiendo a dejar lo q estorba y esclaviza, a aprender a ser pescadores distintos, pescadores de hombres. Y esta es la segunda enseñanza de este domingo: para ser distinto debes dejar las seguridades que has ido creando, y poner tu confianza y esperanza en Jesús. Creer en el y en su proyecto, eso es lo que significa seguirlo.

+ Faustino Armendáriz Jiménez

Arzobispo de Durango