- Luego que el 2020 fuera muy difícil.
- Convivir de manera presencial es algo que anhela.
Durango, Dgo.
Para la seleccionada nacional de basquetbol, Nadia Ávila González el año que terminó fue sumamente complicada, “Quisiera que me dieran la oportunidad de platicar de la persona y no de la atleta, 2020 me dejó marcada y me dio una gran lección. Perdí familiares y amigos muy queridos, ellos ahora están con Dios y solo me queda él recordarlos con mucha tristeza, ya que han dejado en mí un vacío enorme pero también grandes enseñanzas y ejemplos a seguir”, señaló el ala-pivot.
Agregó que el 2020 la ha impactado tanto, porque nunca pensó que se pudiera vivir algo así, “El ver a tanta gente quedarse sin trabajo, sin posibilidad de llevar alimento a su familia, tantas personas que han enfermado de Covid-19, algunas gracias a Dios se han recuperado, pero otras han fallecido”. Mencionó que no todos han sido empáticos con esta situación que ha rebasado a la sociedad, algunos no creen, otros no toman las medidas adecuadas y como consecuencia se han registrado más contagios y más muertes.
Recordó que en sus proyectos personales y un sueño desde niña, fue el poder formar parte de la Selección Nacional de Básquetbol U-17, mismo que ya pudo lograr, pero ahora se encuentra en espera de que las cosas cambien, que se pueda hacer la vida normal otra vez, con libertad para continuar luchando y preparándose para permanecer en dicho selectivo. “He crecido emocionalmente, aprendí la empatía hacia mis semejantes, valoro la vida, a mi familia y amigos, valoro el esfuerzo de mis padres para estar siempre presentes, su educación, sus principios, su espíritu de lucha, su determinación para no dejarse caer aún cuando sus fuerzas no los pueden sostener”, dijo la basquetbolista de 1.78 metros de estatura.
Finalmente, expresó que el 2020 se volvió un año virtual, tanto en sus estudios, entrenamiento, comunicación con familiares y amigos. “El valor de un abrazo es invaluable, el convivir de manera presencial es algo que anhelo”, concluyó.